ѕι єℓ ϲοяαzόи нαϐℓαѕє (ιιι)

35 1 0
                                    

Me retrasen un poco más de lo esperado, espero a me perdonen y q les guste el final de la historia.

A si q sin más rodeos empecemos
************************************

a ¡Olivia! ¡Olivia, espérame! Y ahí estaba otra vez. Desde que hacía una semana me había mudado con Sam, parecía que Toni había desistido en lo que sea que quisiera conseguir con ese acoso absurdo, pero ya estaba otra vez con lo mismo y esta vez en mitad de la calle. a ¡Estáte quieta, Olivia!- gritó llegando a mi lado y cogiéndome del brazo.- ¿Dónde coño te has metido? ¡Llevo una semana preguntando por ti en la residencia! Mientras su voz se elevaba, también lo hacía la fuerza con la que sujetaba mi brazo. Un olor a alcohol pronto inundó mis sentidos y mi respiración empezó a descontrolarse. a ¡Suéltame! ¡Me estás haciendo daño!- grité intentando liberarme de la presa que Toni ejercía sobre mi brazo.- ¡Además, estás borracho! a ¡Te estoy diciendo que dónde te has metido, joder! ¿¡Estás sorda!? a ¡Y a ti qué te importa lo que haga con mi vida!- respondí a la defensiva. a ¿No estarás con esa chica del pelo gris, verdad? - había un cierto tono de preocupación en su pregunta, de preocupación real, lo que me hacía sospechar que estaba escondiendo algo.- ¡Dime que no estás con ella! Me encogí de hombros sin contestarle, no sabía lo que sucedía entre Sam y mi ex, ni de dónde se conocían, mucho menos cómo sabía que estaba viviendo con ella, pero prefería hablarlo con la chica antes que con Toni, que además de violento apestaba a alcohol. a ¡Joder, Olivia! ¿¡Quieres contestarme!? Subió el tono de voz y gemí cuando no sé si consciente o inconscientemente retorció mi brazo. Estaba empezando a preocuparme, las nubes en el cielo, amenazando con tormenta, hacían que las calles estuvieran desiertas y la presión en mi pecho me hacía entender que estaba a punto de tener un nuevo ataque de ansiedad. a ¡Me estás haciendo daño! ¡Suéltame, por favor! a ¡No! ¡No puede saber la verdad! ¡Esa hija de puta no puede saber lo que hice! ¡No tiene ninguna prueba! Cada vez más confundida intenté golpear a Toni para que me soltara, pero este, mucho más pendiente de lo que esperaba, tiró de mí y choqué contra la pared. Al momento, un dolor punzante atravesó mi hombro. Me había cortado y un hilillo de sangre se deslizaba por el brazo, manchando la manga de mi camiseta.

Toni estaba rojo y respiraba entrecortadamente, me miraba con rabia y, por más que pensaba en ello, no podía entender a qué se debía ese comportamiento tan extraño. Nunca había sido demasiado cariñoso, pero de eso a perseguirme y acosarme había un paso más que grande. a ¿Lo sabes, verdad? - insistió sujetándome por los hombros - ¡Ya te ha contado todo! ¡No tendría que haber dejado pasar tanto tiempo! a No sé de qué me estás hablando.- respondí aguantando las lágrimas.- Pero de verdad que me haces daño, suéltame o llamaré a la policía. Toni me empujó y, cuando caí al suelo, vi unas zapatillas acercarse corriendo y poniéndose entre él y yo. Sam había vuelto a aparecer en el momento indicado, guiada por ese sexto sentido suyo y con la rabia reflejada en su cuerpo en tensión. a ¡¿Qué estás haciendo?!- gritó empujando a Toni del pecho- ¿Quieres dejar de acosarla? ¡Ya te ha dicho que no quiere saber nada de ti!

a ¡Tú no te metas, todo esto es culpa tuya! ¡Ella no podía saber la verdad! a ¡¿De verdad estás escuchando lo que dices?!- interrumpió Sam alejándose un par de pasos y mirándolo con ojos amenazantes.- ¡No tengo ni idea de qué mierda estás hablando! Y aunque lo supiera, lo que sea que no puede saber no es motivo para acosarla. ¡Qué digo, nada es tan importante como para acosar a alguien! ¡Nada! Mientras Sam y Toni se vigilaban sin apartar la mirada el uno de la otra, me dieron la oportunidad de calmarme y llamar una vez más a la policía. Sin duda, si nos hubieran hecho caso o hubieran intervenido cuando llamamos hace una semana, esto no estaría pasando a ¡Sé que se lo has contado!- escuché gritar a Toni cuando colgaba el teléfono. Mientras lo decía, buscando algo en el bolsillo del pantalón.- ¡Y no puedo permitir que nadie sepa lo que hice, nadie puede saber que me llevé al niño! Toni se abalanzó sobre Sam con una navaja en la mano.

[HISTORIAS CORTASS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora