Not Different • (yoonkook)

diez

Jungkook llevaba casi veinte minutos afuera de la puerta de su compañero de clase, Min Yoongi. Tratando de nivelar su respiración y de calmar su lenguaje corporal. ¡Estaba hecho una manga de nervios! Iba a ponerse a patear algo de la pura tensión acumulada.

Ah, cálmate. Eso sólo Yoongi. Es sólo Yoongi. Es sólo Yoon-

- ¿Jungkook? 

Mierda.

El recién nombrado alzó su mirada a la fuente de la voz con cabellera blanca, que lo miraba con los ojos oscuros, y bolsas bajo ellos. Oreo maulló al acercarse a Jungkook fuera de la seguridad del departamento, alterando al chico, que cuando tuvo al gatito en los pies, no dudó en tomarlo en brazos. Lo saludó con una caricia entre las orejas y miró al mayor.

- Hola. ¿P-puedo pasar? - Yoongi asintió lento, moviéndose para dejar entrar al menor y más alto chico en su hogar. Cerró con cuidado cuando hubieron estado adentro. Jungkook dejó al gato en el suelo. - Está más grande que la última vez. 

- Uh, sí. - murmuró bajito el mayor solamente. 

El castaño entonces lo miró más detenidamente. Sólo estaba usando una playera con el cuello gastado, casi colgandole por un hombro, pantalones de pijama anchos, calcetines descambiados, uno gris con franjas negras y el otro totalmente negro. Oh, y su pelo. Comenzaban a verse las raíces y estaba desaliñado en general.

No se veía bien. Además, si Yoongi ya era pálido, ahora se veía nivel cáscara de huevo.  

Jungkook iba a preguntar un cordial "¿Cómo estás?", pero recordó la última vez que le hizo la misma pregunta y todo se fue a la mierda en dos segundos. Decidió callar. Se mantuvo de pronto cabizbajo y jugueteando con sus manos. 

- ¿Quieres agua? - le preguntó Yoongi de pronto. El menor lo miró con sus ojos grandes, asintiendo. - Sólo tengo de la llave, ¿no importa?

- Está bien. - dijo suave. Se acercó, y cuando el otro le entregó el vaso, sus dedos rozaron por accidente. Como imanes sus ojos conectaron también. Yoongi fue el primero en apartar la mirada. - Gracias, hyung. 

Ah, ¿le había dicho hyung? Hm. 

- Anoche también me llamaste así. 

- ¿Lo hice? - dijo con el vaso en la boca. Se sintió nervioso, tan sólo un poco ruborizado. - Ah, sí lo hice. Lo siento.

- ¿Por qué te disculpas? - Jungkook se encongió de hombros, quitándole peso al asunto. Si alguien debía actuar más normal, ese sería él. O al menos trataría, a pesar de las condiciones. - Jungkook. - sentenció entonces Yoongi con la voz como de tragedia. Uy.

- ¿Hm?

- Quería decirte... quiero decirte algo.

- Claro, te escucho. - el mayor respiró hondo varias veces con una especie de tic en la forma de pestañear, demasiado repetitivo y rápido como aleteos de mariposa.

- Yo... uh, perdón. - habló por fin luego de una pausa extraña. - Lo lamento m-mucho. - se rascó la oreja repetidas veces mientras hablaba arrastrando sus palabras. Le estaba costando horrores hablar.

- Yoongi. - dijo Jungkook acercándose un poco, pero manteniendo la distancia prudente. - No pasa nada, está todo bien, de verdad. No estoy molesto si es eso lo que estás pensando.

- No. - negó lento con la cabeza. Todo en él siendo lento pero firme, decidido a que debía ser escuchado. - No hay... no, no estuvo bien. Nada estuvo bien. Fui un imbécil. 

- Sí. - susurró sin querer. Yoongi se tensó como alambre eléctrico. Quiso darse un golpe en la cara por imprudente. Generalmente no se le salían palabras de la boca sin antes pensarlas, porque controlaba su forma de actuar en sobremanera. Yoongi descomponía un poco esos hábitos. - Oh, rayos.