5 Precioso Omega

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¡No podía ser! ¿Por qué le pasaba esto a él? ¡No era justo! Después de toda una vida, Severus Snape, su Némesis, el blanco de sus bromas colegiales, su Alfa, estaba allí, sentado en su sala tomando el té con el hombre que había elegido para compartir su vida como si fuera lo más normal del mundo. Saludo con la cabeza disimulando su nerviosismo lo mejor que pudo

- Vaya – dijo Severus sonriendo – nunca pensé que fueras un hombre al que le gustaba esa cursilerías
- Son para ti – dijo Sirius entregándole el ramo al otro Omega ignorando completamente el comentario malicioso
- Sirius es un amor – dijo Remus mirando con ojos enamorados a su pareja –. Soy el Omega más afortunado del mundo
- No me imagino cuanto – dijo Severus
- ¿A que debemos el honor, Snivellus? – dijo sentándose al lado de Remus y entrelazando su mano a la de este
- Sirius – regaño el hombre lobo –. Discúlpalo Severus, no logro domesticarlo completamente aun
- No te preocupes – dijo la visita –. Se de sobra como este… perro
- Ya, no peleen – dijo Remus –. Ya no estamos en el colegio para hacer esto. Invite a Severus a cenar, así que no quiero peros
- Arruinas mi diversión, cariño – dijo Sirius besándole el cabello al Omega castaño
- Voy a ver la comida – dijo Remus sonriendo –. No se maten durante los próximos cinco minutos – y se fue
- ¿Qué rayos haces aquí? – exigió Sirius entre dientes en cuanto estuvieron solos
- Volví por mi precioso Omega – dijo Severus sonriendo mientras lo miraba lujuriosamente – ¿no es obvio?
- Vete – suplico Sirius – yo ya tengo una vida. No la arruines por favor
- Soy tu Alfa y tengo todo el… – dijo Severus
- ¡Cállate! – suplico Sirius – ¡nadie debe saber eso!
- La cena ya está lista – dijo Remus saliendo de la cocina – pasemos al comedor
- Sirius me estaba diciendo que eres un chef increíble – dijo Severus
- Exagera – dijo Remus sonriendo mirando a su pareja
- Tú eres perfecto – dijo Sirius
- Pues tú lo serias si no me sacaras tantas canas verdes – dijo Remus –, pero ni modo, así te amo – dijo Remus dándole un pequeño beso en los labios
- Vaya que eres afortunado – dijo Severus sonriendo
- Lo sé – dijo Sirius sonriendo
- ¡El arroz! – dijo Remus y volvió corriendo a la cocina
- ¿Acaso piensas darme celos? – pregunto el Alfa acorralándolo contra la pared y abrazándolo por la cintura con una mano y con la otra acariciándole el muslo mientras le besaba el cuello – hubiese encontrado a alguien más digno
- Basta – dijo Sirius intentando zafarse – Remus nos puede escuchar
- Ya va siendo hora que sepas a quien le perteneces – dijo Severus
- Yo no le pertenezco a nadie – gimió Sirius con los ojos cerrados
- Desde mi perspectiva, parece diferente – dijo Severus besándole los labios y agarrando la mano del león para llevarla a su entrepierna – mira todo lo que te espera para mañana
- ¿Mañana? – dijo Sirius sorprendido viéndose obligado a masajear suavemente el órgano viril del Alfa – ¿A qué te refieres?
- Te quiero mañana a las siete de la noche en mi hotel – dijo Severus entregándole un papel doblado –. Tenemos que volver a prepararte para retomar nuestra vida… marital
- ¿Y si no voy? ¿Qué pasara? – dijo Sirius desafiante
- ¿De verdad quieres averiguarlo? – dijo Severus
- Si me pones el pluying de nuevo – dijo Sirius – Remus se dará cuenta y…
- ¿Piensas seguir jugando al súper Alfa? – dijo Severus sonriendo levantando las cejas
- Llevamos quince años juntos – dijo Sirius –, no puedo terminar con él de la noche a la mañana sin darle ninguna explicación
- Pues nunca debiste mentirle – dijo Severus – ¡eres un Omega marcado!
- Te fuiste – dijo Sirius
- ¿Acaso me extrañaste? – dijo Severus sonriendo
- Sirius – dijo Remus desde la cocina –, ayúdame por favor
- Ya voy cariño – dijo este zafándose para casi correr hacia allá mientras recibía una nalgada de un muy sonriente Severus

La cena fue  muy extraña para Remus, pues contra todo pronóstico, Severus respondía a las bromas de su amigo de la misma manera, pero no había animosidad en ellas, al menos de parte del Slytherine, quien se mostraba bastante animado por estar de vuelta en Londres tras tantos años de ausencia

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