15 Negocios

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Chan chá chan las sorpresas continuan

Toda la sala estaba en el más completo silencio. Los Omegas no le despegaban la vista a ambos Alfas, quienes se miraban expectantes entre sí



- Disculpa, creo que no escuche bien – dijo Harry intrigado –  ¿Qué dijiste? Me pareció que quieres comprar a mi papi como si fuese un objeto.
- Yo… – dijo Remus atónito. Por un momento realmente creyó que había una posibilidad en cuanto a retomar su relación con Sirius, pero ahora…
- Si – dijo Severus – algo así
- Yo te voy a… - dijo Harry lanzándose sobre él
- Harry – dijo Remus reteniéndolo
- Es Tonks quien lo ofrece – gritó Severus – ella lo puso en venta en el mundo muggle para pagar sus deudas de juego
- ¿Qué cosa? – dijo Harry paralizándose en su lugar
- Le gusta apostar – dijo rápidamente – tiene una deuda desorbitante. Hable con la persona a quien le debe y está dispuesto a pedir a Remus como pago a cambio que le dé el dinero. La idea es que pague la deuda en tu nombre.
- ¿y por qué te lo vendería a ti? – pregunto Sirius – en todo caso se lo daría a Harry
- Harry es una persona pública – dijo Severus – y será un escándalo si lo hace personalmente. Pero, en cambio, yo tengo un perfil bajo. A esta persona le interesa recuperar su dinero y nosotros se lo daremos
- Yo creo que ninguno de los dos debería hacerlo – dijo Draco – seria sospechoso
- Puedes ser tú – dijo Sirius
- ¿Yo? – dijo Draco sorprendido
- Si – dijo Sirius – aunque eres ahijado de Severus, nadie sospechara que lo compraras para él
- ¿Nos harías ese favor? – preguntó Harry con ilusión  y Draco no pudo evitar sonrojarse cuando este le agarro las manos – sé que te estoy pidiendo mucho pero desde que nos volvimos a ver… siento que esto solo te lo puedo confiar a ti
- Claro que lo hare – dijo el rubio  y se alejó unos paso mientras los mayores limaban el plan
- Gracias – dijo Harry acercándose
- ¿Por qué? – preguntó el aguazul
- Por ayudar a mis padres – dijo Harry
- Es lo mínimo que puedo hacer por ti – dijo Draco
- Yo… – dijo Harry
- Ya no importa – dijo Draco tocándose inconscientemente el brazo izquierdo
- Déjame ver – dijo Harry
- No, por… – protesto Draco pero Harry tomo su brazo de forma delicada
- ¿Severus te ha dicho algo sobre esto? – dijo Harry acariciando la marca tenebrosa
- Solo un Alfa poderoso podría quitármela – dijo cabizbajo
- ¿Cómo están tus  padres? – dijo Harry ayudándole a guardar la vajilla
- Bien – dijo Draco sonriendo – mamá me pregunto hace poco cuando los visitaríamos
- ¿Nosotros? – dijo Harry sorprendido – ¿tú y yo?
- Lo siento – dijo el rubio apenado – es que el otro día les envié las fotos con los niños y… Mamá se lleva muy bien con Cygnus y Polux
- ¿Enserio? – dijo Harry
- Y deberías escuchar las conversaciones de Eileen con mi papá sobre finanzas – dijo Draco – ni yo les puedo seguir el paso
- ¿Y en que si les puedes seguir el paso? – dijo Harry acercándose
- Soy un Omega – dijo Draco – tengo ciertos limites
- Nunca te he podido imaginar limitado por algo – dijo el pelinegro acariciándole el cabello –. Draco, siempre me he preguntado qué hubiera pasado si yo hubiese tenido la mente mas abierta
- Tal vez… hubiéramos… conocido la verdadera paz – dijo Draco nervioso cuando Harry coloco sus manos alrededor de su cintura – y en este momento yo llevaría tu marca
- Videtur – dijo Harry apuntando su varita sobre sus cabezas y un muérdago apareció –, pero mira nada más. Es un muérdago
- No nos queda más… que sucumbir ante él – susurro Draco sonriendo
- Aunque no queramos – dijo Harry acercándose más aun – la magia nos obliga – y lentamente unen sus labios en un beso lento que con el paso de los segundos se vuelve profundo
- Chicos… – dijo Sirius entrando en la cocina muy seguido de Remus, pero es callado por una mano que le cubre la boca
- No digas nada – le susurro el castaño al oído – dejémoslos solos – Sirius asintió y lentamente retrocedieron hasta salir del lugar
- ¿Dónde están los chicos? – dijo Severus intentando entrar a  la cocina – Polux quiere uno de los cuentos de Harry
- ¡Aquí no están! – dijeron ambos Omegas al unísono
- ¿Qué ocultan? – dijo Severus de manera suspicaz
- ¡Nada! – volvieron hablar al unísono pero sin levantar la voz
- ¿Por qué nos les creo? – dijo Severus y ambos Omegas se miraron de manera sospechosa
- Escúchame muy bien Severus Snape – dijo Remus con voz baja, y firme que amedrento un tanto al alfa aunque nunca lo admitiría – si voy a ser también tu Omega te vas haciendo a la idea que yo también mando. Y si decimos que Sirius y yo no ocultamos nada es porque no ocultamos nada ¿está claro?
- Muy claro – dijo Severus
- Vamos con los niños – dijo Sirius y se alejaron de la cocina


El beso se prolongó un poco mientras se deleitaban con las sensaciones que el otro le provocaba. Era un momento mágico. Único. Un momento que solo les pertenecía a ellos dos.



- Eso fue… – susurro Draco
- Lo mejor que me ha pasado en mucho, mucho tiempo – dijo Harry
- ¿Cuándo fue la última vez? – dijo Draco algo coqueto – déjame adivinar. Hace un año, mmm… durante un caso, hiciste una persecución – Harry sonrió acariciándole el rostro – un malhechor se dio cuenta quien eras y se dejó atrapar solo para tener la oportunidad de robarte un beso apasionado ¿Y tú?
- Fue hace casi doce años – dijo Harry acariciándole el cabello al rubio y este se estremeció – durante mi quinto año. Era un rubio precioso, el Omega más hermoso que he visto en vida. Tenía unos grises que me gritaban que si quería ser digno de él debía hacer los méritos necesarios. Estúpidamente malinterprete todo y justo cuando estaba a punto de ser digno de él, lo arruine. Ignore lo que mi padre me enseño toda la vida. No confié en mi instinto y le di la espalda cuando más me necesitaba. Desde entonces mi alma no conoce lo que es la paz. No existe un solo día en el que mi Alfa no reproche aquel error
- Harry – susurro Draco
- Así que como mea culpa me involucre con alguien… – dijo Harry
- Basta – dijo Draco colocándole suavemente – no te culpes por aquello. Yo sé que nuestro bebe está muy bien cuidado por sus abuelos. Y no te reprocha nada, tampoco yo
- ¡Por mi culpa no nació! – susurro Harry cerrando sus ojos y apoyando su frente contra la del aguazul – te orille a ser mortífago, cuando…
- Salvaste a miles – interrumpió Draco –. Hiciste de nuestro mundo un lugar habitable
- Y en el proceso perdí lo único que realmente me importaba – sollozo Harry – ¡A ti  y a nuestro bebé!
- Él siempre estaré con nosotros mientras lo amemos – dijo Draco abrazándolo – y yo nunca me fui. Todo está bien. Todo está bien



Era tiempo de llorar uno en brazos del otro hasta cerrar las heridas y borrar cicatrices. Era tiempo de volver a la vida y eso solo podían hacerlo de la mano.
Era tiempo que ambos exteriorizarán la marca que llevaban en el alma. Esa que era prueba irrefutable que sólo se pertenecía el uno al otro



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Hacia dos semanas de aquella conversación en la mansion Snape. La música sonaba a volúmenes ensordecedores mientras la gente se movía por toda la estancia alrededor de las mesas de juego.
Ni bien la mujer llego al lugar se dirigió a la barra



- Me dijeron que Andrew quería verme con suma urgencia – fijo la mujer
- Te espera en su oficina – dijo el barman.



La rubia paso saliva y se dirigió hacia las escaleras. Sabía que su deuda era descomunal, pero no lo podía evitar. Amaba la adrenalina que le provocaba apostar, por eso cuando  empezó a perder en el Black Jack se pasó a la mesa del póker buscando suerte. Allí fue donde empezó a pedir prestado a la casa.  Al principio se reponía rápido y pagaba a la noche siguiente. Pero conforme pasaba el tiempo se volvían más espaciosas las veces que ganaba.
Había pensado desaparecer pero había dos magos que trabajaban en el lugar que fácilmente la podrían rastrear y denunciarla ante el ministerio. Entonces si lo perdería todo. Respiro hondo para tranquilizarse y llamo a la puerta



- Pase – dijo una voz masculina
- Andrew, cariño – dijo Tonks entrando en el lugar – tus hombres me dijeron que querías verme. Pero antes que digas algo tú, lo hare yo. Tengo la corazonada de que esta es mi noche de suerte
- En cambio yo estoy completamente seguro de que si es mi noche de suerte – dijo el hombre –. El señor nos tiene una oferta que nos conviene a todos
- ¿De qué se trata? – dijo la mujer
- Estoy dispuesto a pagar la totalidad de su deuda – dijo el pelirrojo – y darle algo más a usted, siempre y cuando, me seda de manera  definitiva a su omega
- ¿Es broma? – dijo ella
- Yo acepto – dijo Andrew tomando el sobre que llevaba su nombre
- Y si yo no lo hago – dijo Tonks
- Págame en este momento – dijo Andrew
- Dame unas horas – dijo ella –. Yo te...
- Soy un hombre de negocios – dijo Andrew sonriendo –. Sabía perfectamente que en su sobre había algo más que la deuda de la Alfa. Era un negocio redondo
- Estoy dispuesta a... - dijo Tonks nerviosa
- Quiero mi adquisición en este momento – dijo él – mire su sobre. Estoy seguro que le conviene este negocio
- Remus... él es estéril – dijo ella desesperada. Si vendía al Omega, Harry la podría demandar
- Creo que desde este momento, ese es mi problema – dijo el pelirrojo – no suyo ¿Vamos por mi compra?
- Harry Potter es su hijo – dijo más desesperada aun – no permitirá...
- Ese... - dijo el pelirrojo poniéndose de pie mientras sonreía – es su problema, no el mío. Andando, muero por deleitarme en ese cuerpo
- No… no sé… donde esta – dijo ella más nerviosa
- Perdón – siseo el nuevo Alfa del gran Remus Lupin – ¿no sabes dónde está tu Omega?
- Yo… - dijo Tonks más nerviosa aun
- No importa – dijo el pelirrojo – desvincúlate de él. Ahora
- ¡Morirá! – dijo ella aterrada
- Ese es mi problema – dijo el pelirrojo – desvincúlate – exigió y Tonks no le quedo de otra que sacar su varita



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Harry conversaba con Severus y Sirius, mientras Remus jugaba con los niños



- ¡El tío Remus se murió! – gritaron los niños
- ¡Remus! ¡Papi! – Harry, y Sirius corriendo hacia su cuerpo tirado

Lo Que Antes FuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora