I El comienzo de un Fin I

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La luz del fuego entrelazaba los pedazos de mis recuerdos. Mi servidor no dejaba de insistir para que le contara el motivo de cómo llegué aquí. Un prófugo puede transformarse en noble, pero siempre será un prófugo. Eché más leña al fuego. Mantenía mi mirada en su calor.

–Fuiste un Sir. Un caballero de la guardia real– Me persuadía mi acompañante Astolfo. Un joven formidable, bueno dentro de lo que cabe. Alguna vez fue ayudante del cocinero, Karuto, en el reino de Eel. Sin embargo, aquí estaba, admirando al fuego. Siendo el servidor de alguien lejano a una cocina, pero cercano a un cuchillo. Él tiene una historia, como todos, como yo. Pero, se ensimismada en la mía. —Escuché que fue por un hada–.

–Esa hada— Dije. —Era especial. Siempre lo fue.—

—Te enamoraste de ella— Afirmó.

—¿Me hablas de ella?— Elevé una ceja, creyendo que me hablaría de otra persona, específicamente del hombre que amo. —Decir que me enamoré es estúpido, yo nunca sentí algo así por ella— Por fin me decidí a relatar. —La odié... Me confundía enormemente. Quizás estuviera loco—

—Debiste estarlo. La mordiste.—

—Se lo merecía— Sonreí y él no comprendió. —Está bien, te contaré las memorias de esta vida... Aunque ella no fue la más importante de mi historia—

Seguramente he sido la única persona a la que entregó toda su confianza. Y a la que traicionó sin consideración. Era natural, al ser criados juntos. Mi familia le dió un hogar a un pajarito perdido. Cyara, al principio la subestimamos. Era más pequeña que las niñas de su edad y lloraba con frecuencia.

Mi madre fue extricta con ella. Le enseñó más de lo que pudieron darle aquí. Mi padre, en cambio la educó en el arte de la espada. Al principio, ni siquiera podía con su peso. «Es una caso perdido» Deciamos. Aunque hicieramos todo juntos, continuabamos siendo lejanos.

Un día, a mis 14 años, mi padre me habló sobre Cyara. Ella era la princesa heredera de un reino de Eldarya. Su padre Maximus Browme, rey de Eel, se casó con Erika Ashembart, mejor reconocida como Erika Von Charlotte. Tuvieron dos herederas; Miranda Angeline Von Charlotte y Cyara Mistletoe Von Charlotte. La primogénita renunció a su herencia para convertirse en la emperatriz de los 4 reinos de Eldarya. Así, a Eel solo le queda Cyara.

—¿Por qué me cuentas esto, papá?—

—Sería bueno para tí, que te casaras con un omega heredero de Eel— En otras palabras, mi viejo me comprometió mentalmente con una chica que ni siquiera me agradaba.

Para colmo, ya le tenía fobia a enamorarme, porque en mis vidas pasadas morí por las personas que amé.

—¿No puede ser alguien mejor?—

—¿Mejor? Vaya, autoestima tienes... Entonces crece y cásate con la emperatriz— Negué con la cabeza.
—Hijo, cuando pises el mundo de Eldarya, tu vida no será tranquila. Las hadas odian a los demonios como nosotros y tienes la suerte de que Cyara vive bajo el mismo techo que nosotros, no te repudiará por ser de raza demoníaca— Sonrió inconforme. —¿Crees qué encontrarás a un hada que pueda amarte por lo que eres? La probable respuesta es no. Y tienes que casarte con un hada, como príncipe de los demonios—

Creí que era imposible ser amado por como soy. Sin mencionar, que mi personalidad es terrible. No tenía una oportunidad. Así que decidí tomar la decisión de mi papá y enamorar en ese transcurso de tiempo a Cyara.

A los 16 años ya podía tener una conversación normal con esa chica. Por supuesto, adopté mi personalidad a una más agradable para ella. A su lado todo era inverosímil.

¿Y para qué...? Quedarme con ella era lo que menos me convenía. Ya que existe alguien a la medida conmigo.

A esa misma edad se realizan las pruebas de los dragones. Son diferentes cada año. Las pruebas varían desde retos físicos a mentales. Aquello es una tradición del Clan Ryu, y tienen como fin reforzar a los dragones jóvenes. Sin embargo, saber cuándo uno está listo para dar la prueba es un misterio.

O lo era, hasta el día que mi alpha comenzó a hablarme. Entre sueños oí una voz repetitiva decir «Sed, sed, sed...» y se intensificó hasta ver mis manos manchadas de un líquido rojizo. Tal pesadilla me despertó agitado.

Mi madre abrió la puerta de la habitación —Hijo— Llamó mi madre. —Tu tiempo ha llegado— Me ayudó a calmarme.

—¿Qué fue ese sueño...?— Estaba aterrorizado.

—Escúchame, tanto tu padre como yo somos solo guías. Hay una memoria que todavia no ha despertado en tí. Y cuando logres despertar y controlar el otro lado de tu alma estarás listo para reinar el cielo y el infierno—

—¿El cielo? No lo entiendo. ¿Cómo un demonio gobernaría el cielo? No voy a acabar con los dioses—

—Escúchame— Tomó mi hombro. —Pase lo que pase. Hagas lo que hagas. Tienes que mantener a la persona que ames a tu lado. Sé que tu padre te dijo que debes enamorarte de Cyara, pero eso dependerá de tí. Algún día sabrás quién es la mejor persona para tí, el omega que será la madre de tus hijos. Cuando completes la prueba comprenderás— Pasó su mano detrás de mi oreja y me mostró uno de mis mechones. —Ya estás despertando— Blanco. Tenía un mechón blanco.

—¿Qué...?— Escondí rápidamente el mechón entre mis cabellos.

—Ven, ya es momento— En medio de la noche, nos dirigimos al pequeño santuario del Clan Ryu. Mi padre ya estaba ahí, junto al fuego, por lo que me senté enfrente y él comenzó una oración.

Las palabras de mi madre cobraron esperanza en mí. Tal vez si haya alguien que pudiera amarme como un demonio ahí afuera.

De las llamas creció un dragón. El ser me analizó y dictó con voz espectral «La memoria de la primera vida que perdiste te dirá la verdad». Fui absorbido por aquellos ojos inexistentes.

Notita:

Hasta aquí la primera parte del relato de nuestro Kentin.

🌚 El yaoi explícito será visto en el episodio 8 así que paciencia.

El siguiente capítulo contará el origen del mundo de las hadas para obtener una mayor compresión de la historia.

Recuenden dar 🌟 para más ^^

"A través de mis memorias" [Omegaverse] [Mpreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora