Los regaños de la señora no eran sutiles debido a que la pequeña se había perdido por un largo periodo y los padres no sabían qué hacer.
—Esto de que seas un "héroe" se me hace una ridiculez... — finalizó la señora realmente enojada.
—Meow...
Ese "meow" podía significar muchas cosas y a la señora le frustraba no saber qué era lo que estaba diciendo si bien podría estar maldiciendo la chiquilla y ella jamás lo notaría ¿maldición o beneficio? A saber de qué podía servir, pues si bien un día a aquella chica-gato la recogió un pequeño niño de 6 años deseando adoptarle; eso es una gran "desventaja," al igual que un perro un día le persiguió sin descanso o la vez que aquella habia sido enviada al refugio de animales e incluso quizá... Bueno, para qué seguir si bien aquel poder tenía más desventajas que alguna mísera y maldita ventaja.
—Meow... — finalizó subiendo las escaleras a su habitación.
Era extraño pero ella pensaba en el chico rubio, era atractivo así que obviamente iba a ser difícil sacarle de su mente... Estando en su pedazo de casa; habitación. Se sentó en el suelo viendo todo desde esa diminuta perspectiva.
"Vaya que es amplio..."
Inhaló y exhaló con pesadez, mañana era martes y se había ausentado a la universidad; y eso sí que era un problema, ella estudiaba ____ y los maestros no siempre eran amables y le dejaban entregar tareas tarde sin algún justificante.
"Muy bien ____, céntrate para ser humana de nuevo" y con sus fuerzas se transformó en un lindo y pequeño conejo orejón; realmente orejón.
"¡La pu..." Se vio interrumpida en su momento de odio al exterior, pues su madre al instante entró a la habitación.
—Vaya, ahora eres un conejito — habló la señora acercándose a la ¿chica? O más bien al conejo.
Y el único modo que podía demostrar odio en esa pequeña forma era simple y llanamente moviendo rápidamente esa pequeña nariz. "Odio mi maldita vida, mis malditos poderes , la maldita universidad, la maldita existencia misma del maldito universo y al maldito..." Y nuevamente esos pensamientos de odio fueron irrumpidos. Su madre le cargó y comenzó a acariciarle la cabeza como si de un conejo se tratase.
—Sabes,— comenzó a hablar la señora sin soltar a la pequeña criatura a la vez que se sentaba en la orilla de la cama de la chica. —me preocupa que algo malo pueda sucederte estando en esa pequeña e indefensa forma, bien sabes que aún no controlas del todo tus poderes y estar exponiendote al mundo exterior, sólo me preocupa que algo realmente malo te suceda. — Las palabras de la señora le llegaron al corazón. Pues era una madre simplemente preocupada por su hija, lo cual le dolía al pensar en que algún día no regresase a casa.
"Descuida mamá, me aseguraré de no dejarte jamás, lo lograré y podré controlarme." Demostró o al menos intentó aquello con el hecho de acurrucarse en su madre.
—Bien— dejó a la pequeña en la cama para poder levantarse. —¿qué querrías comer? Claramente cuando regreses a lo "normal.— preguntó la señora saliendo seguido de la habitación.
El conejo simplemente bajó una oreja y la madre ya supo lo qje ella quería. Tenían un código. Una oreja abajo era ____ aquello que ella adoraba comer, las dos era qje quería comer _____ y al bajarlas dos veces seguidas quería _____. Era un código que ya había hecho son su madre y que de igual modo servía al ser cualquier animal.
El día pasó y ella por alguna razón logró ser aquella chica de rizos cabellos pero con el pequeño problema de que esta vez, conservaba su colita esponjada de conejo. Al menos era sencillo de ocultar.
ESTÁS LEYENDO
Le Heroína Más (In) Útil
Fanfiction"Un Gato" o "La heroína más (in)útil" Ella era una chica con poderes especiales Clase C, él un Clase S. Dos mundos diferentes unidos por los simples errores de aquella joven nerviosa. Una historia única