La reunión había empezado media hora tarde (como de costumbre), ya estaban todas sentadas alrededor de la mesa del salón y sujetaban con una mano una delicada copa de coctel, que contenía un liquido anaranjado y dulce (con mucho alcohol) y con la otra mano sujetaban unos bollos de vainilla que la madre de Karol había donado para el evento, bueno, en realidad los había traído para el desayuno, pero las chicas no pudieron guardarlos en la alacena a causa del apetitoso aspecto que tenían.
Apagaron las luces y sus ojos quedaron a oscuras, acostumbrándose a la escasa luz que despedían las velas regadas por la habitación.
Irene se levantó de su sitio con la bebida en la mano y con voz lúgubre dijo:
— Hoy no tendremos reunión negra, en su lugar he planeado un pequeño juego de preguntas, todas muy fáciles.
— No, la semana pasado por unas y otras se aplazó la reunión negra para hoy, así que no hay cambio de planes que yo la necesito más que el comer— dijo So mientras daba un largo trago a su copa.
— Ya lo sé, pero es que tengo que mentalizarme para ella y esta no es mi mejor semana, que tampoco pasa nada por que hagamos la reunión la semana que viene— aclaró Irene mientras tomaba asiento de nuevo.
— Claro, os dedicasteis a gastarme las cremas bronceadoras de LAMCOME y así pasa, que no se pueden hacer las cosas en orden.
— Fue a hablar la que llegó con más chupetones en el cuello que manchas han tenido Irene y Karol juntas— bromeó Alicia con la boca medio llena de bollo de vainilla.
— Venga, princesa, si has pensado un juego yo me apunto, dispara, Irene— medió Connie para que la reunión no se aplazara más tiempo (había quedado con su chico-amante-videoclub)
— Ale, otra semana sin desfogar, venga sí, empieza a ver qué has preparado— aceptó al fin So.
— La cosa es fácil, he preparado unas preguntas cortas que contestaremos todas a la vez, por el orden que queráis. No es nada más que eso, pero creo que nos vamos a reír mucho. La que dé la respuesta más original se quita prenda y bebe de la botella de vodka. Vamos, como cuando estábamos en el instituto, que me apetece recordar viejos tiempos. ¿Os mola la idea? — Aclaró Irene esperando una respuesta afirmativa de sus amigas.
Todas estuvieron de acuerdo, incluso Connie y Karol parecían entusiasmadas con el calendario de la sesión semanal.
Irene— Empezaremos por algo facilito. Pregunta: ¿Un color?
Ali: Mejor desaturado, que luego nos llaman horteras. O sea, ya sabes, una cosa discreta.
Regi: Rosa, tengo que ser fiel a mis principios y mi mota.
Karol: El que me destaque las tetas según la ropa que me ponga.
Connie: Piel, piel morenita, piel de bronceado caribeño o un cubano... soy de ideas fijas.
So: ¡Verde!
Irene: El morado al pintar, el negro al vestir y el rojo para el resto de cosas.
Irene— ¡Punto gallifante para la Karolita! ¿Comida?
Ali: ¡Sí, por Dios! Estoy de la dieta hasta mucho más allá de las narices. Quiero comérmelo todooooooo
Regi: Supongo que antes, durante y después de las comidas, siempre viene bien.
Karol: Hacerla y recibirla.