Trato con el diablo

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Hiro entró a su casa azotando la puerta, empezó a caminar a su habitación con una postura encorvada y arrastrando los pies.

Tadashi se había posicionado estratégicamente para toparse con su hermano apenas entrará. Moría de curiosidad por saber de qué tanto habían hablado los dos chicos, tal vez si se hubiera esforzado más habría podido colocarle a su robot una cámara con más zoom y capacidad de leer los labios—¿cómo estuvo tu día hermanito?

—Estoy bien, no molestes, me porte bien, voy a mi cuarto— continúo su marcha hasta su habitación, se acostó boca arriba sobre su cama y puso una almohada en su cara, estaba tan distraído que ni siquiera cerro la puerta.

—Si, se ve que te fue bien, ¿quieres ver las nuevas mejoras que introduje a Baymax?

Hiro descubrió un ojo para ver a su hermano. Las charlas científicas era de las pocas veces en que los dos podían tener una conversación fluida.

—¿De que se trata?

—Baymax es capaz de guardar la información de los signos vitales de las personas, ¡con esto puede encontrar a sus pacientes aunque estén al otro lado de la ciudad!

—¿Se pudiera usar para buscar a alguien?

—Si, claro, mandé a Baymax a escanear personas aleatorias en la ciudad, ya debe tener la información del estado de salud y la apariencia de muchas personas.

—¿Eso no es ilegal?

—Pues no lo sé, mientras no comparta la información y nadie sepa lo que hago no creo que tenga problemas.

—¿Pudieras prestármelo un rato hermanito?

—Awww, ¿cuando fue la última vez que me dijiste así?

—¿Me lo vas a prestar o no? —frunció el seño.

—Bueno solo porque me lo pediste amablemente, ven acércate— lo invitó a pasar a su habitación y le mostró la interfaz con fotografías de las personas a la izquierda y el estado de salud a la derecha— desliza tu dedo hasta que encuentres a la persona que quieras.

Hiro descarto unas cinco personas hasta que encontró la foto de Miguel— quiero saber dónde vive él.

—Wow hermanito no sabía que tenías esos gustos.

—Pues tu ya estas bastante grandecito y no te he conocido ninguna novia. Con los ejemplos que me das deberías de agradecer que no sea un enfermo. En la universidad se habla mucho de ti por el escáner de pubertad. Una vez un profesor me preguntó si no me hacías algo indebido, si sigues molestando le diré que si.

Tadashi se quedó serio un momento, sin lugar a dudas su hermano sabía dónde golpear. Casi podía imaginar a sus papás reclamándole porque nunca tuvo una plática sería con Hiro de sexualidad— ya, está bien, no tienes porque ser tan gruñón, y dime ¿te vas a aparecer en su casa así de la nada? ¿no se vería algo raro?

—Pues si, sería raro— Hiro se sentó en la cama de su hermano.

—¿Quieres que te ayude?

—Si...

—Mi ayuda tiene un precio.

—¿Por qué no eres un buen hermano y simplemente me ayudas?

—Tu eres igual, no te quejes, mientras te presté mi ayuda no te meterás en problemas ni harás nada ilegal ¿De acuerdo?

—Yo no hago esas cosas.

—No te hagas el tonto, tengo un pajarito que me lo dice todo.

—Esta bien, lo prometo.

Pedacitos de Obsesión (Higuel V Tadaguel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora