Era una mañana normal tras el inicio de vacaciones, como hacia desde que empezaron se ejercitaba lo más que su cuerpo le permitía, para cuando terminaba el inicio del desayuno llegaba, estaba ansiosa por esperar el primer día de clases en la nueva escuela, la UA.
Entrando por recomendación, quedando en los primeros lugares de este, se ha vuelto demasiado fuerte, tratando de cumplir las expectativas de los demás a su alrededor, pero claro, siempre y cuando ella se sienta cómoda con lo que hace y tomando todo a su tiempo, aún es una niña de 15 años cumplidos, debe prestar atención a muchas cosas, teniendo en cuenta nunca dejar de lado el sueño que tiene de pequeña.
La fecha de inicio de clases se acerca y los entrenamientos intensivos son más frecuentes causando dolores frecuentes en el cuerpo.
—¡Maiko! ¡Abre la puerta!
—¡Voy espera un momento!— con toalla en hombros y secándose el sudor abrió la puerta de la entrada encontrándose con la persona que ha cuidado de ella desde que tenía unos 9 años de edad
—¿Entrenando de nuevo?— hablo con la tranquilidad en su voz
—Ya vez nunca se pierde la oportunidad, pasa— la chica de hizo a un lado permitiéndole el paso
—Deberías descansar, estas a pocos días de entrar a la U.A.— sabia que debía descansar, mas la intranquilidad y la inquietud se lo prohibía
—Y por eso sigo entrenando, estoy nerviosa— y como no estarlo, estaba por entrar a una de las mejores escuelas para héroes
—Eres de las mejores no debes ponerte nerviosa— trato de animarle
—Que sea de las mejores no quita el hecho de ponerme nerviosa, ¿y si no le agrado a nadie?— ese era un gran problema, socializar y crear lazos verdaderos nunca fueron de sus mejores talentos
—No digas eso muchas personas agradecen estar contigo— "solo para protección" pensó la chica
—Sí por qué soy fuerte y solo me quieren para defenderlos cuando algo malo pasa— eso era algo de lo que ya estaba harta
—¿No te gusta ayudar?— confusión era lo que emanaba de su voz
—No estoy diciendo que no me guste ayudar, amo ayudar, lo que no me gusta es que estén conmigo solo por eso
—Aun así, son las 11 de la mañana y te conozco, estás por la mitad de tu entrenamiento, descansa Aizawa vendrá a verte por la noche— eso hizo sonreír a la chica
—¿Y ese milagro? Viene cada que se le da la gana— estaba realmente feliz, muy pocas veces veía a Aizawa
—Por eso vendrá hoy
—Bueno, ¿quiere algo de comer?— ofreció parándose del sofá donde antes se habían acomodado
—No, estoy bien solo venía a darte esto— tendió una pequeña bolsa de papel con algo dentro
—¿Qué es?— pregunto curiosa tomando la bolsa y revisando su contenido
—Uniforme de repuesto, sé que terminas destrozando el tuyo los primeros días— comento divertido
—No es mi culpa— y realmente no lo era, últimamente los uniformes salían defectuosos
—Me tengo que ir aún falta hacer algunas cosas en la escuela— se levantó y fue a la entrada —nos vemos en la escuela
—Si, nos vemos— se despidió y cerro la puerta tras la salida de aquel director que le agradaba
El resto del día se la paso haciendo sus labores comunes para un día, se hizo la comida y aseo su hogar con aquella música que le gustaba a todo volumen, termino cuando se sintió satisfecha de su trabajo y vio la televisión en espera de aquel mayor que consideraba su padre.
Eran las 7 de la noche y Aizawa había llegado, puede que no sea de ir muy seguido a aquella casa o preguntar sobre el estado de la pequeña mujer, pero no le preocupaba eso, porque a pesar de todo sabía que se preocupaba, a su manera pero lo hacía, siempre en aquellas ocasiones donde se ha sentido mal o había necesitado ayuda, el mayor no tardaba en estar cerca, aquellas noches de insomnio o de pesadillas, el cuerpo del hombre ha estado para brindarle su apoyo y silencio necesario para pasar los malos ratos, eso, y mas cositas, eran lo que la llevaba a considerarlo como un padre.
La noche callo por completo y su hora de regresar a su casa había llegado, no vivían en el mismo lugar a petición de la chica, después de todo, asi la hacia sentir menos como una carga para el hombre. En el rato juntos charlaron sobre los días, sobre que es lo que ambos habían estado haciendo o lo que se estaba planeando, mas que nada la chica hablaba mientras el mayor escuchaba.
[...]
Los días pasaron muy rápidos para el gusto de la chica, la semana se terminaba y el inicio de clases estaba a la vuelta de la esquina, por la mañana siguiente el primer día de escuela aparecía y con ello el estrés de preparar todo y el pensar en como serian las cosas. Estaba nerviosa, pero eso no le impedía nada de lo que estaba por hacer para seguir adelante.
Era de mañana cuando la alarma del móvil empezaba a chillar a todo volumen, con varias alarmas puestas para asegurarse que despertaría temprano, o tan siquiera con el tiempo suficiente de prepararse, cuando despertó de su ensoñación y lograba abrir los ojos su reloj marcaba una hora.
—7:01— vio la hora y dejo el móvil mientras trataba de ponerse de pie y estirarse para despabilarse
Cuando lo logro tomo una ducha para despertar por completo, se preparó con el uniforme de la escuela y bajo a prepararse algo pequeño para desayunar, una tostada con un café cargado.
Al terminar recogió lo poco que utilizo y salió de camino a la escuela, bien podría tomar un transporte que la dejara cerca, más prefería caminar, las calles aun no estaban muy concurridas y los locales a penas abrían. Tras un rato caminando, al fin llego a la entrada de la academia, era un lugar enorme, bastante lindo para ser sinceros.
Una vez se hayo fuera emprendió su camio para adentrarse a la institución, llegaba con unos minutos de sobra por lo que se tomo su tiempo para buscar su salón. El aula para cursos de héroes, 1-A.
— 1-A —buscaba, las puertas eran grandísimas, un gigante entraría sin problemas —¡1-A! Bien lo encontré
Por instantes se preparo mentalmente para lo que venía, un nuevo curso, una escuela, y muchos chicos de su edad con ganas de socializar, abrió la puerta y entro al aula, había personas ya dentro del lugar, algunos as altos, otros mas bajos, algunas chicas con colores de pelo diferentes, todo bastante diferente a su vida solitaria normal. Examino el salón y al encontrar algún asiento vacío avanzo para tomar asiento, aun no llegaban el resto de alumnos o el profesor, asi aprovecho ese momento para leer un poco, un pasatiempo.
—Hola Maiko-san— una voz masculina interrumpió su momento de lectura
—¿Eh?— alzo la vista encontrándose con un chico, claramente más alto que ella, robusto, y de buna cara —oh, hola Iida-kun— saludo al chico con una pequeña sonrisa — oh y ya te dije que no me pongas el "san"— recordó cerrando el libro, no sin antes marcar la página donde se quedo
—Lo siento es la costumbre— se disculpó el chico haciendo aquellos gestos extraños y robóticos
—Tranquilo— la chica se encogió de hombros, restando importancia a la manera formal de llamarle —no sabía que habías quedado en la clase 1-A, ¿cómo a estado tú hermano?— pregunto curiosa, es una buena amiga de la familia
—Ha estado bien, patrullando como siempre— dice mientras mueve sus manos de esa manera tan propia de él
—Que bien— dijo esta, el hermano mayor del chico era un buen héroe —Cuando puedas, mándale mis saludos— dijo recibiendo el asentimiento del chico
El rato de espera al fin termino, y la campana de inicio de clases se escucho por todo el lugar, los demás alumnos ya habían llegado justo por delante de quien era el profesor encargado, viendo a todo el lugar, podía contar a unos 20 alumnos, algunos con apariencia extraña.
Al ver al frente logro encontrar a la persona que estaría encargada de ese curso, logro ver entonces a aquel hombre que le cuidaba
—Genial, no habrá paz— pensó la mujer soltando un pequeño e imperceptible suspiro
08 Mar 24
:]
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CREE EN MI (Todoroki Shoto) [EN EDICION]
FanfictionAños de entrenamiento, noches en desvela, infancia arruinada. Me esforcé para dejar de ser débil, peleé con los monstruos de mi habitación pero aun así, la niña de hace años sigue dentro de mí, fue cuando te conocí, mis miedos se perdieron y mi fuer...