Nathaniel.
Han pasado dos semanas desde la última vez que tuve sexo con Dian, aunque no sé por qué sigue actuando tan extraño, trato de ignorar el hecho de que lo haga pero me es casi imposible.
Acabo de despertar gracias a un bostezo de Dian, lo miro y él está acurrucado en mí tallando sus ojos, le doy los buenos días y él me los devuelve, se levanta y camina hacia el closet.
-Hoy te toca cocinar...- digo mientras me levanto, me responde que está bien.
-Pero tendrás que ponerte un delantal, solo un delantal-. Intenta reclamar pero lo interrumpo así que al final acepta. Caminamos a la cocina, al entrar me siento y Dian toma un lindo delantal.
-¿Entonces no tengo que traer ropa?- pregunta Dian y le respondo que no, después de respirar hondo se va al baño. Después de unos minutos entra a la cocina de nuevo, lo miro y sonrió ampliamente, ese delantal azul hace que su piel blanca y el cabello rubio resalten. Me pregunta lo que quiero de desayunar, le respondo que huevo revuelto, comienza a tomar lo necesario para prepararlo, mientras yo miro su lindo trasero, es redondo y liso, me encanta.
Le ofrezco mi ayuda y acepta, me acerco a él y me paro justo detrás de él, pegando mi cadera con su trasero, sus mejillas se tornan rojas, rio por dentro, es demasiado lindo, minutos después terminamos de cocinar y comemos, al terminar ambos nos levantamos.
-¿Tu lavas los platos?- me pregunta Dian, me lo pienso un poco pero al final le digo que sí. Me acerco a él.
-Me gusta cómo te ves así- sonrió, él sonríe un poco y me agradece.
Ya lo suficientemente cerca del él comienzo a tocarle el trasero, él dice que no quiere y quita mi mano, le insisto y sigue negándose, ¿por qué ahora no quiere si la última vez le encanto?, lo tomo del brazo y lo jalo más hacia mí, lo tomo del cuello y lo pongo contra la mesa de manera en que su trasero quede hacia arriba y su pecho pegado a la mesa.
-Sera rápido, la última vez te gustó- digo mientras bajo mi pantalón y mi ropa interior, el comienza a retorcerse así que lo tomo con fuerza.
-¡Que no quiero! ¡Idiota!- grita, le digo que se tranquilice, acerco mi pene a su entrada, él sigue forcejando, lo penetro poco a poco, su interior se siente tan bien, es húmedo, caliente y apretado, comienzo a moverme, Dian comienza a gemir, lo envisto más rápido y fuerte, suelto algunos jadeos en cada envestida, al mismo tiempo que el suelta gemidos, sus piernas tiemblan mientras me pide que pare pero ya no puedo detenerme.
Acaricio su espalda y él la encorva, en una de mis envestidas él suelta un grito de placer mientras saliva sale de su boca, está sonriendo, aumento mis envestidas y meto más mi miembro hasta que entra totalmente.
Tomo sus brazos y los jalo hacia atrás, le doy envestidas más fuertes y profundas, estoy a punto de terminar, lamo su cuello y me corro dentro de él, llenando su interior, al mismo tiempo él se corre aun sonriendo. Salgo despacio de le y el vuelve a gemir.
-Pervertido- digo mientras miro sus rojas mejillas y su sonrisa, me dice que me calle entre bocanadas de aire, acomodo mi ropa, él se levanta con cuidado, recargándose en la mesa, me llama brusco. -¿Crees que no te veía sonreír?- .
Él suspira, le ofrezco masajearlo, él acepta, intenta caminar pero le siguen temblando las piernas, lo cargo y me dirijo al cuarto, al entrar le quito el delantal y lo acuesto boca abajo en la cama.
Alfin puedo tenerlo con migo, es lo que siempre he querido, por eso he aguantadotodos sus abusos, para estar a su lado, supongo que podría decir que es...¿amor? o ¿deseo?
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Eres mio...ahora
RomanceDurante años Nathaniel ha soportado los abusos de Dian, quien lo llama "amigo" a pesar de que lo trata mas como un sirviente, al crecer, ambos entran a un grupo de la mafia, donde el rango en el que estarás posicionado depende de una competición, en...