Eres mio...ahora

Capítulo 54. Una carga.

Nathaniel

He estado manteniéndome informado de la situación de la compañía desde mi casa, todo ha ido normal, parece estar igual a como estaba antes de que yo entrara en coma, a excepción de una cosa, al parecer hay un grupo extranjero que ha estado dando problemas, un grupo buscapleitos, no sabemos exactamente quiénes son, pero más vale descubrirlo pronto para poder mantener el control.

Estoy sentado en la sala de mi casa con Dian mientras vemos una película, de repente mi telefono suena, es uno de mis empleados, cuando acerco mi mano para tomar mi telefono Dian se me adelanta y lo toma primero, contestando en mi lugar.

-No puede ir- dice Dian a la persona del otro lado del telefono, tal vez me necesitan para algo. No logro escuchar más ya que Dian se levanta y se va caminando a otro sitio, me está tratando como a un niño.

Después de unos minutos regresa, le pregunto qué es lo que paso pero me dice que nada importante, realmente no sé si creer en las palabras de Dian, esto es algo sospechoso, mis empleados saben que ahora mismo no estoy bien físicamente, asi que no pedirían que vaya a menos que sea una emergencia...

Él se sienta a mi lado y me ínsita a seguir viendo la película, yo acepto, no tengo muchas fuerzas para pelear...

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Han pasado ya varias semanas desde que desperté, mi cuerpo ya no esta tan débil, he recuperado algo de peso pero aún no he podido hacer ejercicio como para recuperar mis músculos. Estoy jugando cartas con Dian, últimamente he tenido mucho tiempo libre... Suena mi telefono y se repite lo de siempre, Dian contestando en mi lugar, maldita sea, esto me frustra demasiado, le insisto en que me deje contestar pero se niega. De repente la expresión en el rostro de Dian cambia por completo, ¿Qué habrá pasado?

-No puede ser... ¿fue el árabe?- pregunta Dian, ¿De qué árabe habla? -Quiero que investigues todo sobre él, no quiero más problemas con ese idiota-. Dian parece furioso.

-¿Árabe?, Dian dame el telefono- digo con voz firme, al principio se niega pero al final sede.

Tomo mi telefono y le pido a mi empleado que me explique todo lo que está pasando, resulta que encontraron al grupo extranjero que había estado causando problemas, es un grupo árabe que ha intentado sacarnos del mercado de armas en los últimos meses. Hace poco atacaron el edificio principal, intentando llegar a mi oficina que es donde toda la informacion relacionada con las ventas esta guardada. Finalmente me cuenta la razón por la que llamó hoy, al parecer acaban de destruir la casa de Dian, evidentemente fue un intento de asesinarlo o mandar una advertencia, hicieron que su casa volara en mil pedazos, seguramente pensaron que Dian seguía siendo el jefe, tengo que hacer algo antes de que se enteren de que se equivocaron.

-Entiendo... enseguida iré- digo para luego colgar el telefono.

-No, no iras- responde Dian, enojado.

-Dian... ¿Te das cuenta de que intentaron asesinarte?-. Él se defiende recalcando el hecho de que no estaba en su casa, pero sus excusas no me sirven.

-¡Que no vayas!- grita de repente al ver que me pongo de pie. Le pregunto que si está molesto por lo de su casa y responde que sí. Era obvio, por eso esta tan enojado.

-Te comprare una nueva casa y repondré todas las cosas que tenías...pero tengo que ir-.

-¡Bien, lárgate! ¡No sé por qué me preocupo por ti!- grita enojado, se levanta y se va caminando a su cuarto, obviamente azotó su puerta al entrar al mismo, maldita sea, no tengo tiempo para sus berrinches.

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Al fin puedo regresar a la casa, estuve todo lo que quedo del día poniéndome al tanto de lo que había pasado en estas semanas, es peor de lo que imaginaba, necesito hablar con Dian.

Nada más entrar a la casa me dirijo al cuarto, entro y me encuentro a Dian mirando la televisión.

-¿Qué quieres?- pregunta enojado, era evidente que no se le iba a pasar el enojo,

-Tenemos que irnos... no es seguro estar aquí- digo soltando un suspiro y sentándome a su lado, sobre la cama.

-¿A dónde iremos?- pregunta Dian, no se ve sorprendido, supongo que ya se lo esperaba.

-¿A dónde te gustaría? Podríamos ir a Hawái- propongo a forma de broma, pero a Dian parece gustarle la idea, supongo que no sería mala idea, Dian podria descansar, ya que asumo que debe estar cansado de estarme cuidando todos los días durante todo este tiempo. Además dudo que los miembros de la otra mafia nos busquen en ese sitio, sin mencionar que nisiquiera se les va a ocurrir que estamos ahí. Puedo trasladar toda la información que tengo aquí y llevármela a un sitio seguro, y estar moviendo los hilos de mis empleados desde haya.

Tomo mi telefono y computadora y comienzo a organizar absolutamente todo, como y cuando nos vamos a ir, a donde vamos a llegar, como moveremos la informacion de lugar sin correr riesgos, como ocultaremos la mercancía del grupo enemigo, entre más cosas.

-Partimos en dos días- le digo a Dian al terminar de arreglar todo, elacepta sin rodeos pero se ve algo desanimado, tal vez sigue algo molesto. -Graciaspor preocuparte por mí...- digo mientras lo tomo de la barbilla. –Pero yo tambientengo que preocuparme por ti-. Añado y tras eso lo beso, él me devuelve elbeso, supongo que esto lo tranquilizo un poco. Es un poco cobarde de mi partehuir de esta manera, pero mi condición física no me permite quedarme aquí... notengo agilidad ni fuerza como defender a Dian, de quedarme aquí solo sería unacarga.