Capítulo 28. Protegerlo.

43 7 0
                                    

Nataniel.

Estoy sentado en mi oficina leyendo varios papeles, miro el reloj, ya es muy tarde y no ha llegado Dian.

Saco mi teléfono para llamarlo, últimamente todo ha ido muy bien con él, casi no peleamos y tenemos mucho sexo, todo mejora cada vez más. Dian me contesta, pero algo suena mal, parece que está llorando, le pregunto dónde está y me responde que en el estacionamiento del edificio.

-¿Enserio? ¿Y qué haces? Llevo esperándote un buen rato- pregunto y él responde que nada, le pregunto si está bien y me responde que no. -¿Que tienes?- pregunto algo preocupado.

–Me duele... mi brazo... está roto – dice para después soltar un sollozo, sorprendido me levanto al tiempo que le pregunto qué le paso, lo golpearon...

-¿Quiénes?- pregunto enojado y camino con rapidez a la puerta.

-Tus... estúpidos empleados-. Los voy a matar, salgo rápido de él edificio y miro a Dian recargado en una pared, me acerco a él y miro su brazo, estoy furioso, lo lastimaron de verdad, no lo pasare por alto.

Dian comienza a llorar y me pide que lo ayude, lo cargo con cuidado mientras intento tranquilizarlo, lo subo despacio al asiento trasero de mi auto, subo en al frente y conduzco a la casa, no lo puedo llevar a un hospital por que pueden empezar a hacer preguntas, la forma en que esta su brazo no se ve precisamente como algo que paso naturalmente así que llamo a unos de nuestros doctores privados. Al llegar a la casa cargo a Dian hasta mi cuarto.

-¿Cuánto tardara.... el doctor?- pregunta Dian mientras lo acuesto en mi cama.

-Debe estar por llegar-. Justo en ese momento llega el doctor, le pido a Dian que espere y camino a la puerta para dejarlo entrar.

Entra y lo dirijo al cuarto, estoy muy preocupado por Dian, espero lo del brazo sea lo peor que le haya pasado y no le hayan hecho algo más grave. Entramos y el doctor comienza a revisar a Dian, después me pide que lo sujete, ya sé a dónde va esto. Dian se ve muy nervioso, lo sujeto procurando no lastimarlo, el doctor hace que él muerda un trapo.

-¿Listo? una...- comienza a contar, cada número me hace sentir peor, al llegar a tres, le acomoda a Dian su brazo, él suelta un grito de dolor al tiempo que se retuerce en la cama, debo mirar a otro lado, no soporto verlo así, el doctor le inyecta un calmante, escucho a Dian llorar y de nuevo volteo a mirarlo, limpio sus lágrimas y mientras le vendan su brazo intento tranquilizarlo.

Dian comienza a cerrar sus ojos lentamente, el calmante ya está haciendo efecto, el doctor revisa sus moretones pero parece que no son nada serio, menos mal. Me pide que procure que Dian no mueva los brazos, me da medicamentos y me da instrucciones de cuando dárselas y cuando cambiarle las vendas, simplemente le agradezco y tras eso él se va.

Miro a Dian, aun no se ha quedado dormido pero está a punto de hacerlo, acaricio su cabeza con cuidado y le quito el cabello de la frente.

-Gracias por... ayudarme- dice adormilado, sonriendo un poco.

-No fue nada- respondo devolviéndole la sonrisa. -Hare que los idiotas paguen por lo que te hicieron- digo aun acariciando su cabeza, él se acurruca en mi mano y el me mira algo sonrojado. -Puedes dormir si quieres...- digo y acaricio su mejilla, él asiente levemente con la cabeza y cierra los ojos, después de un rato se queda dormido. Me duele verlo así, a partir de ahora lo cuidare lo mejor que pueda...


Eres mio...ahoraWhere stories live. Discover now