ℳ𝒶𝓇𝓋𝑒𝓁 ℱ𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝒾𝑒𝓈 l

9. Wade Wilson

Estaba nerviosa, el presentar a tus padres tu novio no era exactamente la razón. La razón por la cual estaba nerviosa era como se comportaría el.

—Nena tranquila, todo saldrá bien.—Su mano sobo mi rodilla.

—Wade, prométeme que te comportaras.—Dije yo angustiada.—Mis padres son algo.. duros y por favor necesito que..

—Me compórtate amor.—Hablo serio.—Se que me recompensaras en casa.

Sonreí y bese su mano, al llegar a la casa de mis padres Wade se estacionó enfrente de esta.
Suspire de nuevo y toque la puerta, en ese momento Wade estrujo mi trasero y Jadee.

—Wade.—Gruñi y él sonrió cuando la puerta se abrió.—Hola papá, hola mamá.

Ellos me abrazaron y por un momento creí que la cena sería incómoda por cómo recibieron a Wade con cara de pocos amigos, pero ahora veía como mi padre le hacía bromas a mi novio y él se las regresaba.

—Se ve que es un buen muchacho hija.—Dijo mi padre entre risas.—No lo dejes ir tan fácil.

Asentí sonriendo, los dos hombres que más amaba riendo juntos.

—Estuvo deliciosa la cena Marissa.—Mi madre le dio una mirada de aprobación.— Cuando quieran pueden pasar a visitarnos. Podremos ver un partido Lucas.

—Nos dio mucho gusto conocerte Wade.—Hablo mi madre.—Nos vemos.

Sin más subimos al auto y lo bese emocionada.

—Estuviste muy bien bebé.—El sonrió y volvió a besarme para después sobar mi pierna entrando cada vez más por debajo de mi vestido, gemí.—Amor espera a que lleguemos a casa.

El asintió y condució pero parecía tan ansioso que se orilló a un lado de la carretera, fruncí el ceño.

Hizo su asiento hacia atrás y volteo a verme con una sonrisa.

—Sube a las piernas de papi.—Me mordí el labio y obedecí.—Buena niña, sácate el vestido cariño.

Lo hice y en un rápido movimiento desabrocho mi sostén dejándome solamente de bragas, quite su camisa y acaricié su marcado torso, comencé a menear mis caderas mientras él me veía fijamente.

Su erección creció debajo de mi y gemí, desabroché su pantalón y como pude lo baje junto a sus bóxers para ver su erecto pene.
Comencé a frotarme en este y vi como de su boca salían jadeos mientras tomaba con fuerza mis caderas haciéndolo aún más satisfactorio.

—Puta madre te amo.—Gimió en mi oído para después besarlo.—Me encantas, eres tan... hermosa.

—También te amo Wade.—Bese su mejilla haciendo aquel roce más lento.— ¿Papi quiere su premio?

—Dale a papi  su premio.— Mis bragas también desaparecieron dejándome caer en él sacándome un sonoro gemido.—Eso nena..

El agarre en mi cadera no desapareció, me guiaba a ir de arriba hacia abajo y cerré los ojos ante tan deliciosa sensación, mis manos quedaron apoyadas en su abdomen mientras aumentaba la velocidad, abrí los ojos viendo como su mandíbula se tensaba y su mirada estaba en mis pechos rebotando.

Sabía que estaba apunto de correrse cuando comenzó a hablar, Gruñi y tapé su boca sintiendo mis piernas temblar y mi estómago contraerse, mis muslos se tensaron apretando y haciéndole apretar mi cadera con más fuerza de la necesaria.
Grite su nombre cuando el orgasmo me golpeó y seguí moviéndome hasta sentir como me inundaba en mi interior y volví a gemir.

—Eres una niña muy, muy buena.—Sonreí y me pase al asiento donde iba sentada comenzando a vestirme.—Aún no acabamos muñeca.

Fruncí el ceño y vi como su miembro retomaba su erección. Rodé los ojos y deje de vestirme para pasar al asiento de atrás seguida de él.
Lleve mi boca a este lamiendo la punta y el gimió, sin más lo metí a mi boca y con mis manos abarque lo que no entraba.
Vi como echaba su cabeza hacia atrás gimiendo repetidas veces mientras su mano tomaba mi cabello con fuerza empujándome cada vez más rápido.

Su celular sonó y gruñó, no me detuve mientras hablaba.

—¡Vete a la mierda coloso!—Sin mas colgó apresurando los movimientos de mi boca.—¡Vamos nena! Así...

Sus gemidos eran música para mis oídos y no tardo mucho más cuando supe que se correria y lo saque de mi boca masturbadolo hasta que me embarro.

—Mierda Wade.—Gruñi tomando una camisa que había debajo del asiento limpiándome.—Avísame carajo.

—No te enojes bebé, papi te recompensará.—Me guiño un ojo y mi piel se erizo.—Pero eso será en casa, vístete que estoy ansioso.