-Capítulo 13-

643 29 1
                                    

Mateo, después de enseñarme la casa desganado, se mete en la cama y permanece en silencio aunque yo se mejor que nadie que no tiene sueño. Me quito el traje y me quedo en ropa interior. Suspiro y me meto en la cama

Karen: mi amor, ¿qué te pasa?

Mateo: estoy cansado...

Karen: sé que no es eso. -Digo bajito. Suspira-

Mateo: odio que ese tío te esté llamando, que te veas con él, que... -Interrumpo-

Karen: ¡pero si sabes perfectamente que yo solo te quiero a ti! -Se da la vuelta en la cama y clava su mirada en mí-

Mateo: también sé que él solo te quiere a ti

Karen: se va a casar... Me pidió que fuera la madrina

Mateo: dios... -Se lleva las manos a la cara y se restriega los ojos- ¿y qué le has dicho?

Karen: que sí... Es lo menos que puedo hacer, lo he dejado plantado en el altar por...

Mateo: ¿por mí?, ¿estas insinuando que te arrepientes de haberlo hecho?

Karen: no Mateo... -Digo con voz tranquila aunque él se esté enfadando por momentos-

Mateo: sí es eso dilo, prefiero que me lo digas y desaparecer antes de seguir con una pantomima

Karen: ¿piensas que lo nuestro es una pantomina? -Digo esta vez algo más enfadada-

Mateo: no, pero si quieres a Julen sí que lo es

Karen: ¡qué no lo quiero!

Mateo: pues demuestralo, no vayas a esa boda, borra su número y dile que ya no pretendes de su ayuda

Karen: sin él mi empresa se iría a la quiebra. -Se ríe-

Mateo: si asi lo crees...Buenos noches -apaga la luz y se vuelve a girar-

Trago saliva y me acuesto, por supuesto que no lo quiero ¿Qué se cree? Pero necesito su ayuda para llevar la empresa, me encantaría ser la madrina en su boda porque me ha ayudado demasiado y al fin y al cabo no dejamos de ser amigos. Unas lágrimas salen de mis ojos, nos acabamos de prometer y estamos empezando mal, un pequeño sollozo sale de mi boca, Mateo parece darse cuenta y alarga una de sus manos hasta la mía. ¿En señal de perdón quizás? En 10 minutos me quedo dormida.

A las 10 y media me despierto, me estiró en la cama y no hay nadie, ni a la derecha ni a la izquierda. La puerta del armario blanco que hay a la derecha está abierta. Trago saliva, ¿se habrá ido? Bajo las escaleras, huele a café, debe de estar por aquí. Camino por el enorme salón con un sofa azul en L y me meto en la cocina. Ahí está, preparando café, tenemos un cruce de miradas cuando entro por la puerta pero enseguida nos dejamos de mirar. Cojo aire y me vuelvo a estirar. Entro en la cocina, miro en las estanterías y encuentro un paquete de té verde con menta, mi favorito. Me hará falta tomar de esto porque el café me pondra más nerviosa, saco un bolsita y la meto en un vaso de agua. Mateo me mira con el rabillo del ojo sin decir palabra. Meto la taza en el microondas y coloco el paquete sobre la estantería. Nervios. El café empieza a salir y el pitido me saca de mis pensamientos

Karen: Mateo, lo siento de verdad. Si quieres ahora mismo llamo a Julen y le digo que ya no necesito ayuda. -Mateo me mira y sin responder apaga la vitroceramica. Pasa el café a una taza-

Mateo: perdóname tú a mi. Es que la idea de perderte... Me mata y sé que te quiere y que te puede dar todo lo que una chica como tú, de tu gama, merece. Al fin y al cabo solo soy un triste locutor de radio mientras ustedes mantienen empresas de gran calidad

Soy Tuya -Mateo Palacios Y Karen Watson (2da temporada)- FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora