⇶Jungkook y Hoseok a corta edad se conocen de una manera algo peculiar, que los conlleva a hacerse mejores amigos, pero no unos cualquiera, cada uno se convierte en el "Amigo Zoso" del otro, lo que significa "Amigo de abrazos", por la popular serie...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
18 de Febrero.
Había despertado, pero aun así ni siquiera abría los ojos por la pereza, el pelinegro se removía debajo de las sabanas sintiendo una extraña claridad que daba justo en sus ojos, por lo que con un poco de esfuerzo abrió sus ojos lentamente hasta tener un rayo de luz del día pegada justo en su cara. Hoseok se movió hacía un lado y notó como las cortinas cubrían la ventana, pero que a pesar de ello un pequeño rayo de luz se colaba por un costado de la misma, dando justo en su rostro. Vaya suerte.
El chico se quitó las sabanas de encima y se sentó en la orilla de la cama, para luego notar su situación soltando un leve "Oh" de sus labios. Hoseok se sintió superado y hasta un poco avergonzado. Ayer por la noche se había quedado en casa de Jungkook ya que sus padres se fueron a pasear por su aniversario y dando que estaban solos en la casa no dudaron en hacer lo que habían hecho. Por un momento dudó de porqué estaba desnudo, pero recordó que ni siquiera se dieron la libertad de vestirse cuando luego del sexo solo se quedaron hablando y mimándose mutuamente hasta quedar dormidos.
Miró detrás de él y no puedo evitar soltar una risa burlona, mirando como el castaño el daba la espalda estando acostado boca abajo con su rodilla extendida y doblada hacia un lado, obviamente desnudo mientras que sabana que los cubría se había deslizado hacía él, dejando ver parte de su trasero.
Hoseok negó con la cabeza antes de levantarse y caminar hacía el espejo en la pared, al llegar se miró el rostro con una mueca. Sus labios estaban resecos, sus ojos levemente hinchados y su cabello estaba hecho un desastre, pero aquellos detalles los pasó por alto al concentrar su atención en las marcas rojizas que tenía por todo el cuello y las clavículas.
Seguidamente buscó su ropa interior por la habitación y se la colocó, buscando luego unos shorts en la mochila que había traído con ropa para la casa de Jungkook. Al pasar por un lado del castaño, rió de nuevo y con un poco de atrevimiento le dio un apretón a una de sus nalgas, dejándose llevar por solo tocarlo, por lo que en lugar de apartar su mano la deslizo por su espalda hasta quedar un uno de sus omóplatos.
Se sentía tan incorrecto, como si de solo tocarlo fuera a ser castigado, pero como adoraba tocarlo. Su querido amigo tenía un cuerpo no muy grande, era delgado pero no tan escuálido como él, logrando verse más grande que el pelinegro. Y aun así le encantaba su cuerpo. Oh dios, Hoseok se sentía tan gay.
Tiempo después fue a cepillar sus dientes y lavar su rostro. Para que luego de ello saliera de la habitación a ver si ya habían llegado los padres de Jungkook. Al parecer no, pensó el pelinegro caminando por la casa hasta llega a la cocina.
No tardó mucho en ponerse a registrar todo lo que había de comer, encontró cereal, tostadas y mermelada, pero aquello no parecía ser un desayuno digno de su gran día, porque sí, hoy era su cumpleaños.
