Primera parte: Mentiras → Ingenuidad

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Al día siguiente, con la resaca taladrándole la cabeza pero con la satisfacción de una agradable noche de sexo llegó a casa.

Tanto Taehyung como él tenían el día libre, solo esperaba que su novio se quedara en casa todo el día o saliera solo con sus amigos para permitirse respirar y razonar todo lo ocurrido la noche anterior. Lo único que tenía claro, cegado por su propio libido es que quería más de ello.

Tomó una pastilla a para calmar el dolor de cabeza y fue hasta su habitación.

Taehyung descansaba tranquilamente sobre la cama, la manta solamente le cubría hasta las rodillas, usaba una de las camisetas de Jungkook que normalmente le cubrían la mitad del muslo, ahora descansaba por encima de su estómago mostrando así su ropa interior de encaje y su pequeña pancita de la que tanto se quejaba pero nunca hacía nada para cambiarlo, tampoco tenía porque hacerlo cuando Jungkook estaba recordándole siempre que era precioso cuando se tardaba mucho mirando su reflejo en el espejo.

Jungkook le observó detenidamente, durante años estuvo seguro de que nunca encontraría a alguien con el cuerpo de su novio, caderas estrechas, cintura levemente marcada, piernas firmes pero con muslos suaves que Jungkook ocasionalmente mordía. Su trasero era de igual manera uno de sus mayores atractivos. Pero Jimin...Jimin parecía modelo de revista y Jungkook estaba tan deslumbrado por él que entonces todos aquellos atractivos que el castaño tenía pasaban al lado izquierdo comparados con los del rubio.

Jungkook tomó su toalla camino al baño...Necesitaba un baño y Taehyung no debía saber que había tomado, solo se quedó en la oficina ordenando papeleo importante, su teléfono se quedó sin pila y el cargador se rompió. Luego le daría un par de mimos y eso bastaría para evadirse de nuevas preguntas.

También era la primera vez que le mentiría de aquella manera y quizás no sería la última.

Taehyung despertó con el ruido de la bañera, llenándose. ¿Jungkook estaba en casa?

Talló sus ojitos y se levantó de la cama dispuesto a entrar, sin hacer ruido entró al cuarto de baño. Jungkook estaba recostado en la tina de agua espumosa, el aroma a lavanda de una de las bombas de baño llegó a sus fosas nasales.

Se sacó la camisa de Jungkook y la dejó en el suelo, con pasos firmes llegó a la bañera y se sentó a la orilla.

—¿Por qué no llegaste anoche?—La mentira de Jungkook rodó fuera de sus labios con total naturalidad, Taehyung parecía satisfecho con la respuesta, pero había una mueca en sus labios que a Jungkook no le gustó. Menos cuando vio una lágrima silenciosa rodando por la mejilla del castañito.

El azabache lo tomó de la cintura y tiró de él hasta que ambos estuvieran dentro de la tina. Rodeándolo con sus brazos preguntó. —¿Ocurre algo, amor?

—Estuviste muy distante estos días...Creí que me habías dejado, nunca haz pasado un solo día fuera de casa.—Sollozó.

Allí estaba de nueva cuenta aquella fragilidad y sentimentalismo cuando alguna inseguridad lo angustiaba. Jungkook estaba de lo más acostumbrado a ello así que hizo lo que cualquier imbécil cobarde haría. Lo besó.

Primero fue suave, encuentros cortos mientras ceñía su agarre en la cintura del castaño, pero cuando una erección comenzó a presentarse un par de mordidas se hicieron presentes y los roces se tornaron más bruscos.

Las manos de Jungkook bajaron hasta toparse con aquella tela suave y bonita que siempre le habían parecido atractivas, tendría que comprar algunas para Jimin. Apretó las nalgas de Taehyung mientras descendía sus besos por el cuello acanelado y suave de su pareja, el castaño dejaba escapar un par de gemidos entre jadeos ante el contacto. Jungkook sabía donde tocar, donde morder...

Se quejó cuando sintió sus nalgas ser separadas y dos dedos del azabache presionando en su entrada mientras que sus pezones eran estimulados por la lengua y dientes de Jungkook.

Pese a todo Jungkook seguía amando a Taehyung, realmente nunca lo querría lejos pero necesitaba distraerse. Park era aquella salida a su rutina que necesitaba.

Taehyung arqueó su espalda cuando el orgasmo le golpeó, era un desastre de gemidos y lloriqueos. Jungkook seguía penetrándole ferozmente en busca de su propia liberación, le estaba lastimando con aquella sobre estimulación pero no iba a detenerlo, habían pasado semanas enteras sin intimidad y Taehyung quería ser bueno para él. Gritó cuando Jungkook golpeó de nueva cuenta su sensible próstata, la semilla caliente del hombre llenándole.

Jungkook le hizo ponerse de pie contra la pared, lo cual fue difícil con sus piernas tan débiles, pero aún así logró estabilizarse.

Jungkook observaba orgulloso la entrada de su novio, rosada y con su semen goteando de la misma y deslizándose entre sus piernas hasta ahogarse de nueva cuenta en la bañera.

Jungkook dejó un cardenal de besos sobre su hombro luego de ayudarle a limpiarse y lo cargó hasta la cama al estilo nupcial. Taehyung creía que podría explotar de felicidad en cualquier momento, la tranquilidad lo invadió cuando Jungkook lo rodeó con su brazo protectoramente antes de dormir.

Taehyung estaba seguro de que Jungkook era el hombre con el que quería pasar el resto de sus días.



 No habría nadie despúes de Jeon

BAD LIAR (KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora