Jimin.
Él no era tonto, sabía perfectamente que había alguien más incluso si Jungkook no lo mencionaba. Él no era ciego.
La galería de fotos de un chico castaño que Jimin reconocería donde fuera, aquel cuadro de Jungkook con alguien más de espaldas y recostado en su hombro con el mar al fondo y lo principal las llamadas que recibía del inolvidable Kim Taehyung las cuales siempre rechazaba con banales excusas.
"Jungkook está en una reunión."
"Jungkook salió por un café."
"Jungkook está muy ocupado."
Jungkook, Jungkook, Jungkook...Jimin lo quería exclusivamente para él, el juego del amante oculto nunca le agradó en lo absoluto.
Aquello de ser la sombra de Kim Taehyung era algo que desde secundaria había odiado.
Taehyung le quitó el puesto como presidente de la clase.
Taehyung le quitó a sus amigos sin darse cuenta.
Taehyung destruyó su autoestima.
Jimin estaba harto de sentirse inferior al castaño, que aunque este nunca le hizo daño, nunca le trató mal, nunca hizo todo lo anterior intencionalmente. Jimin no podía evitar detestarlo.
Ahora finalmente lograría tomar algo que era valioso para el castaño.
Jimin ansiaba el momento en que aquella mentira de relación que llevaban Jeon y Kim se desvaneciera, también porque amaba a Jungkook. Sin darse cuenta el pelinegro se había adueñado de sus pensamientos, lo que había comenzado como un juego dejó de serlo para él y esperaba ganar, él tenía que ganar.
Él merecía ser feliz y en Jungkook había encontrado la felicidad.
Allí junto al azabache pegado a su espalda, durmiendo plácidamente por tercera vez en la semana y el teléfono móvil apagado sobre el buró...
¿Cuándo vas a decirle Jungkook?
¿Cuándo te quitarás la venta de los ojos Taehyung?
¿Necesitas que te ayude?
✨
Jimin estaba de lo más nervioso con lo que estaría por hacer.
Pero no habría lugar para arrepentimientos.
Sabía que Jungkook estaría con el castaño disfrutando de su día libre juntos y en casa...
Mandó las fotos.
Jungkook se quedó dormido a mitad de la película, Taehyung adoraba ver las películas de romance, Love Rosie era una de sus favoritas.
El teléfono de Jungkook vibró un par de veces y la curiosidad pudo más que él.
Jimin: Las tomé la última vez que estuviste aquí, te extraño Jungkookie.
El castaño frunció el ceño y puso la clave para desbloquearlo.
Error. Jungkook había cambiado la contraseña.
Por suerte tenía reconocimiento de huella. Tomó el pulgar del azabache y lo desbloqueó.
Entró a aquel chat tan extraño y al instante deseo no haberlo hecho.
Jungkook. Jodiéndose a alguien más.
¿Quién eres?
¿Vas a comenzar a jugar?
Hace dos días me dijiste que era lo que más necesitabas mientras me dabas por el culo.
Espero que mañana podamos vernos, te extraño y detesto tanto saber que debo compartirte con tu estúpido novio.
¿Cuándo le dirás?
Taehyung estaba temblando totalmente, dejó caer el teléfono sobre su regazo incapaz de creerlo.
Sus ojos picaban con las lágrimas acumuladas.
Sentía que se ahogaba con el corazón apretado contra su pecho.
Subió a su habitación y comenzó a llorar desconsoladamente.
El hombre que amaba le había estado engañando durante tanto tiempo.
Aquel hombre a quién le había entregado todo de sí hasta la última gota había buscado a alguien más porque él no era suficiente.
Taehyung no podía sentirse peor.
Se encerró en el cuarto de baño cuando escuchó pisadas en las escaleras, no estaba listo...no quería enfrentarlo, no quería mirarlo.
Taehyung estaba roto dentro de la bañera, por suerte había llevado su móvil consigo. Avisó a su jefe que faltaría al trabajo por cuestiones de salud y este aceptó sin cuestionarle.
La sortija que guardaba en su buró era una burla para él.
Jungkook no planeaba dar el siguiente paso, pero él anhelaba casarse con el amor de su vida. Días atrás había comprado el par de sortijas y las había guardado mientras buscaba la ocasión correcta...'
Ya no había ocasión.
Taehyung no se sentía bien, estaba tan mareado y cansado cuando se metió bajo las sábanas, Jungkook le daba la espalda dormido nuevamente.
Taehyung en lo único que pudo pensar fue en aquel nombre. Jimin.