Para Jungkook era difícil hablar del amor, era difícil sentirlo, más si la cantidad de personas que podía conocer era limitada y no causaban demasiado afecto o simpatía en él. Era aun más difícil si sabía lo que cada uno de ellos pensaba.
Era aburrido.
Su existencia en el planeta tierra empezaba a tornarse aburrida después de años y años de vivir en sus diecinueve. Había visto a su madre morir por la vejez, a su hermano y a su mejor amigo también. Su padre existía igual que él gracias a la misma persona, o bueno, gracias al mismo monstruo.
Se odiaba, por supuesto que lo hacia, pero, creía que aun siendo un monstruo chupa sangre podía cambiar algo, hacer algo maravilloso por el mundo que puede disfrutar a medias.
Y cuando cumplió diecinueve por centésimo trigésimo cuarta vez, estaba seguro que pediría por fin una vida en completa paz en el cielo o donde se supone la gente se dirige cuando muere.
Septiembre 12 del 2002
Doce días después se encontraba en el maldito hospital después de presenciar un accidente de auto; olía a sangre por doquier, su cabeza golpeteaba y no sabia el porqué. Su nariz picaba y las memorias de su corazón latir a toda velocidad regresaron a su mente.
«¿Qué clase de vampiro siente todas estas mierdas?»
En ese instante se sentía confundido.
Y hambriento.
Caminaba por los pasillos, nadie parecía notarlo, corrían alrededor de él pero nadie le detenía, aun cuando estuviera en las salas de parto, escuchando pujidos y horripilantes gemidos de dolor. Causaban un escalofrío en él. Por poco pudo sentir su estómago gruñir cuando un exquisito y dulce aroma se encontró en su nariz.
¡Saquen a ese bendito bebé, ahora!
Duele, duele..., ¡oh, por Dios!
Escuchar los pensamientos de todas esa madres era extraño. Bastante. Y los sollozos de los bebés eran..., raros para él. Se detuvo frente al gran ventanal de una habitación, el llanto era poco, llegando a rozar lo inaudible, teniendo en cuenta que su sentido del oído era más agudo que el de cualquier humano normal. Una mujer cargaba entre sus brazos al bebé, arrullando y dando suaves besos en las pequeñas y abultadas mejillitas rosadas. Habían dos hombres, dio a suponer que uno era el padre y otro, el doctor.
No supo porqué, no supo cómo. Pero aquel bebé iluminaba espléndidamente esa deslucida sala; su sangre olía tan bien que era difícil apartar la vista de aquel nuevo ser humano que habían traído al mundo.
-Namjoon..., ¿te gusta ese nombre, bebé? -preguntó la madre, mientras acariciaba su nariz con la diminuta nariz del niño.
Mu, mu, mu.
Sencillamente no se esperaba que el bebé pudiera pensar con balbuceos, pero ahí estaba, y le gustaba escucharlo, una sonrisa surcó sus labios. Las miradas de Jungkook y el padre del pequeño bulto entre mantas se encontraron, y él sabiendo que era lo que pasaba por la mente del hombre, decidió alejarse.
Iba a esperar, quería asegurarse que esa familia llegara a salvo a su hogar.
...
Cuando Namjoon cumplió un año, ya había aprendido a decir mamá y papá. Sabía caminar, pero muy a su pesar se demoraba mucho en llegar de un tramo a otro, y era gracioso encontrarse al bebé llorando porque no llegaba pronto a los brazos de sus padres o al pequeño juguete o carrito que se había alejado al darle cuerda.
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𝗲𝘁𝗲𝗿𝗻𝗮𝗹 𝗹𝗼𝘃𝗲.
Fanfiction❝ 𝖩𝗎𝗇𝗀𝗄𝗈𝗈𝗄 𝗏𝗂𝗏𝗂𝗈́ 𝖾𝗇 𝗌𝗎 𝗉𝖺𝗌𝖺𝖽𝗈. 𝖣𝗂𝖾𝖼𝗂𝗇𝗎𝖾𝗏𝖾 𝖺𝗇̃𝗈𝗌 𝗅𝗈𝗌 𝗏𝗂𝗏𝗂𝗈́ 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝗎𝗇𝖺 𝗉𝖾𝗋𝗌𝗈𝗇𝖺 𝗇𝗈𝗋𝗆𝖺𝗅, 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝖺𝗅𝗀𝗎𝗂𝖾𝗇 𝗅𝗂𝖻𝗋𝖾. 𝖤𝗑𝗂𝗌𝗍𝗂𝗈́ 𝗅𝗈𝗌 𝖺𝗇̃𝗈𝗌 𝗌𝗂𝗀𝗎𝗂𝖾𝗇𝗍𝖾𝗌. 𝖵𝗈...