Ella me hace Reír

Parte Once

Ella me Hace Reír by Blossom Komatsu
.
.
.

Solo una flor es merecedora del tacto de Ino.

...

Gamakichi dejó a Naruto ir solo a la cima del monte Myoboku, donde encontraría la extraña flor Myoboku.

Susodicha flor, escuchada en leyendas y mitos, casi era inexistente para los humanos, una flor que decían "brilla más que el sol, huele mejor que la libertad y es más suave que el pétalo de cualquier rosa".

Ningún sapo supo decir a Naruto qué tipo de prueba le pondría la flor para permitirle ser llevada con Ino.

Sin embargo, Naruto no tenía miedo. El amor de Ino lo movía imperturbable.

En la suave cima, con el césped más verde que jamás vio y una brisa casi veraniega, Naruto divisó el único punto dorado de toda la cima: la flor.

No reparó en cuidados, con cada paso sentía el piso menos estable, y el color de la flor quemaba sus retinas.

El punto dorado se volvió tortura, una quemadura en sus ojos como si mirara directo al sol, brillaba demasiado y Uzumaki tuvo que cerrar los ojos para menguar el dolor.

Una voz susurró.

- Acaso conoces... un brillo mayor al del sol?

El sol muere de envidia y aprende de ella al verla.

La imagen de la espléndida sonrisa de Ino, desapareció cualquier sufrimiento de Naruto.

No hay sonrisa, en su mundo, o astro que ilumine más que Ino.

- Sí- respondió seguro.

Al abrir los ojos, la flor seguía en su sitio, suave en la cima, y el dolor se esfumó.

Más atento, comenzó a caminar hasta la flor.

El aroma dulzón de la planta atravesó las fosas nasales del rubio hasta arder su laringe, robándole cualquier rastro de aire.

Naruto rodeó su garganta buscando poder respirar.

- Agh!

- Acaso conoces... un aroma mejor que el de la libertad?

Su aroma desaparece cualquier preocupación y se siente libre.

El distintivo aroma a manzanilla y vainilla de Ino, las millones de sensaciones que despierta en Naruto y la manera en que llena sus pulmones, dándole aire.

Dándole libertad.

La libertad huele a Ino.

- Sí- y los pulmones del rubio se hincharon de nuevo, recuperando el aliento para contestar.

Soltó el aire y regresó de pie, listo para arrancar la flor y dársela a su amada.

Con un roce, entendió el suave pétalo de la flor dorada.

Inmediatamente su mano recibió la agonía en forma de agujas invisibles, agujas que Naruto no veía, pero sí atravesaban su mano.

Algunas lágrimas escaparon de él, sin quitar la atención de su mano, de cada nervio rompiéndose de dolor.

- Acaso conoces... una suavidad mayor que la de cualquier rosa?

Tocarla me ofrece la calma y calidez que siempre me fue arrebatada.

Y las agujas desaparecieron.

Cerró los ojos para percibir, donde antes había dolor indescriptible, el recuerdo de cómo al acariciar la mejilla de Ino, o el dorso de su mano, una calidez lo inundaba.

Un amor profundo y eterno.

La suavidad que sólo la compresión y calma de Ino puede ofrecer.

Su amor es suave, es dulce, es inmutable y seguirá abrazando a Naruto para que le reconforte.

Ino borra cualquier dolor.

- Sí.

Ino y su suavidad.

- Y ni tú eres merecedora de ella, cochina flor.

...

- NARUTO!

El aludido sonrió despreocupado, aún con su cansancio visible, mientras Ino saltaba a sus brazos.

- Te buscamos por todos lados!

- Estaba subiendo una montaña!

- Qué?

Kakashi bufó, no esperaba menos de su loco alumno.

- Y porqué?!- jadeó Yamanaka más que preocupada.

- Es que quería conseguir un regalo único y que sea merecedor de ti.

- Merecedor... de mí?

- Ajá, pero...- la mirada de Naruto decayó- ni siquiera la flor más exótica del mundo merecía tocar tus manos.

- Naruto...

Levantó la cabeza para encontrarse a Ino sumamente sonrojada, sonriendo contenta y agradecida de tener alguien tan especial como Naruto.

Alguien que la ame como ella lo ama a él.

- Naruto, no necesito una flor o cualquier cosa extraña, sólo un ser en esta existencia es merecedor de mí.

- Eh?! Quién?! Lo mato!

Kakashi rió tras ellos.

- Naruto! Eres tú!- sostuvo la cara de él entre sus manos- tú eres el único que me merece. Tú y nadie más.

- Ino-chan... enserio?

- Enserio.

- Seguirás iluminando mis días?

La pregunta la enterneció. El tacto cálido de Naruto sobre sus manos la estremeció.

- No quiero iluminar los de nadie más.

Y dedicó un delicado beso a su amada, consciente que jamás dejó de amarla.

La sigue amando y amará incluso si el sol explota.

Porque Naruto no necesita la luz del sol, sólo necesita la luz de la radiante sonrisa de Ino.

La única sonrisa que quiere ver.

---

Bueno, hasta acá llegó, sean felices y espero que hayan disfrutado el fic.

Besos, fresones.