━━CHAPTER TEN

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CAPÍTULO 10 🔮 EL ENGAÑO DE EFICA

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Tal y como Harry lo prometió, él y Efica acabaron cenando en su casa.
La velada fue más interesante de lo que ella esperaba. Con Garfio, el padre de Harry, apareciendo de vez en cuando y contando historias de sus días de gloria, y CJ y Harriet narrando sus fechorías, el ambiente se volvió más familiar.
Efica amaba estar en casa de Harry. Después de lo que pasó con Mal y sus amigos, ingresar a casas ajenas se le hizo más fácil que entrar a la suya, puesto que no podía con el hecho de saber su su propia hermana la había abandonado.

Luego de que los cinco terminaron de cenar —y extrañamente CJ se ofreciera a lavar los platos— Efica se despidió de la familia, prometiendo regresar para cenar la próxima semana.
Harry y ella salieron de la casa oyendo como Garfio gritaba horrorizado viendo como CJ perdía el equilibrio y dejaba caer todos los platos.

El dúo caminó unos metros hasta que realmente sintieron que estaban solo ellos dos.
Harry dejó de caminar. Efica imitó su acción, dándose la vuelta y quedando cara a cara con el hijo de Garfio.
La chica tuvo que elevar un poco su cabeza para lograr conectar su mirada con los ojos del castaño.

—Debo admitir que fue una cena bastante aceptable —habló Efica. Una pequeña sonrisa se encontraba adornando su cara.

Harry tenía la misma expresión, con la diferencia que su sonrisa era más amplia.

—Todo es más agradable cuando tú estás cerca. No tuvimos una cena normal en mucho tiempo —admitió el pirata—. Casi siempre todo acaba con Harriet gritando lo mucho que odia vivir en la Isla.

—Somos dos —Efica suspiró.

—Tres —añadió el castaño—. Lo único bueno de este basurero, es que tengo a la mejor de todas conmigo.

Ese comentario hizo que Efica se sienta un poco mejor.

—¿Crees que soy la mejor de todas? —la pelinegra sonrió.

—No lo creo; lo sé —respondió con seguridad.

Efica no supo por qué, pero en ese instante los ojos de Harry le parecieron los más bonitos que haya visto jamas.
Orbes de un verde muy particular. ¿Verde celestino? ¿Verde grisáceo?
No importaba el color, para Efica eran hermosos y punto.

Harry, por su parte, solo podía concentrarse en lo bonita que la chica se veía cuando estaba feliz.
Amaba los hoyuelos que se formaban a los costados de su boca cuando sonreía, sobre todo si él era la causa de esa sonrisa.

De pronto, Harry dejó de parecerle tan exasperante.

Debía admitir que se había encariñado con él, algo que jamás pensó llegar a hacer. Él había sido el único que le hizo burla por lo que sucedió con su hermana y su madre, el único que se ofreció a ayudarla en lo que necesitara, el único que realmente se interesó en intentar solucionar sus problemas.

Harry Hook era, de alguna manera, su amigo, y no lo cambiaría por nada.

Y entonces, como recordatorio de que los momentos emotivos y agradables en la Isla de los Perdidos no estaban destinados a durar mucho, el sonido de algo metálico estampándose contra el suelo hizo que ambos adolescentes se den la vuelta rápidamente en dirección a la entrada de un callejón tenuemente iluminado.

Efica logró distinguir la sombra de un alguien que avanzaba torpemente. Dicho alguien se quedó en su lugar unos cuantos segundos, generando más intriga en la joven.

—¿Mal? —el nombre de su hermana brotó de los labios de aquel extraño con un tono que desprendía sorpresa y confusión.

Harry y Efica se miraron de reojo, sin bajar la guardia. Fue ahí cuando la de cabello violáceo unió todos los cabos sueltos. ¿Era, quizá, el tan amado rey del que Mal había escapado? Pff, ¡era demasiado obvio!

Harry puso garfio sobre el hombro de su amiga, como preguntándole que debían hacer.

—¿Ben? —musitó Efica, intentando imitar el tono del chico. Con suerte, quizá sus sospechas no serían erradas.

—¡Mal! —exclamó el chico, comenzando a caminar hacia la salida del callejón.

Harry quitó su mano del hombro de la chica y se alejó unos cuantos pasos al ver las intensiones del supuesto rey.
Una vez que el chico estuvo ante ellos, Efica sonrió ampliamente. Era Ben Bestia.

El castaño extendió sus brazos hacia la de cabello corto y no tardó en rodearla con ellos ni bien le fue posible. La levantó del suelo sin mucho esfuerzo, dándole un par de vueltas a lo que ella debió fingir una risa de dicha. A un costado, Hook observaba todo con cara de pocos amigos.

Ben dejó a la supuesta Mal en el suelo y prosiguió a posar sus manos sobre los hombros de la chica.
Miró con detenimiento y una sonrisa su pelo, tomando un mechón y enrollándolo en su dedo.

—Volviste a teñirlo de morado —dijo el ojiverde.

Bueno, al menos sabe reconocer los colores. Pensó Efica.

—Me gusta el color, qué te puedo decir —dijo ella, haciéndolo reír levemente. Ella tuvo que obligarse a hacer lo mismo.

—No tienes idea de lo mucho que me preocupaste, Mal. Lamento todo lo que dije, fui muy egoísta. Sé que el cambio fue muy drástico y que apenas si tuviste tiempo de procesar todo lo que estaba pasando —se disculpó Ben, mirándola directo a los ojos—. Perdóname, regresa conmigo a Auradon, por favor —le rogó, tomándola de las manos.

Vaya drama.

Efica vio a su amigo por el rabillo del ojo.

—Está bien, volveré contigo.

El rey sonrió pero antes de que pudiera tomarla del mentón para besarla, ella puso sus manos sobre su pecho, alejándolo suavemente, tal y como su débil hermana haría.

—Pero debes esperar hasta mañana. Estaba yendo a casa, este lugar es muy peligroso durante la noche y no es seguro que me vean contigo.

—¿Y qué haremos hasta entonces? —preguntó Ben, notablemente confundido.

—Quédate en casa. Te prometo que mañana temprano estaremos de vuelta en Auradon —dijo ella.

—Pero Evie, Jay, Carlos...

—¡Estarán bien! —musitó con leve exaltación. Oír esos nombres de nuevo le provocó repulsión.

—Evie me pidió que no la dejara sola...

—Harry irá por ellos, yo te mostraré el camino a casa —lo calmó la de ojos violetas.

La susodicha miró al hijo de Garfio por sobre su hombro. El chico asintió, sonrió de lado con malicia y se dio la vuelta, comenzando a caminar.

Ella regresó su vista a Ben, sonriéndole falsamente.

—Vamos, se hace tarde.

—¿En dónde está tu casa?

—Lo sabrás cuando lleguemos —ella puso su mano contra su espalda, indicando que empezara a caminar.

Con Ben confiando plenamente en ella, Harry yendo por los traidores y «Pescados y Papas» a tan solo dos cuadras nada podría salir mal.







NOTA DE AUTOR: volvió Efica perras.

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2019 ⏰

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Oh Sister ⋆ DescendantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora