Consolación

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En un instante, llegaron a Minoa, cuando llegaron, los minuanos se preocuparon por que los Nirami estaban ahí, pero Aldo, Montse y Fabio los tranquilizaron diciendo que eran sus aliados, luego, se bajaron del lomo de José donde habían viajado y José le preguntó a Montse:                                — ¿Qué clase de poder tiene Aldo?                                 —Tiene el poder de la psicología.                                  — ¿Psicología?                                                                 —Es razonar, nos ayudó a que no tuviéramos miedo para pelear con los Donler.

Se acostaron porque ya era de noche; la noche ahí era de un color muy tenue, como verde oscuro, era muy hermosa y agradable, como una tarde en un campamento.

Montse se fue a una peña un poco pequeña, apartada de los demás, Aldo la siguió para ver que pasaba con ella:                                                              —Estoy preocupada, —le dijo Montse a Aldo—no sé si vamos a ganar o perder, y luego, están mis padres, que pasaría si los Donler ya los mataron, o si los están torturando mucho.                                                                                    —Tranquila, —le dijo Aldo—tus padres van a estar bien, y tú, los vas a rescatar. De pronto, una inmensa cadena de emociones envolvió a Montse, de un momento a otro, como si fuera una película de amor, empezó a llorar con un llanto de tristeza y desesperación, pero Aldo la abrazó, con unas emociones de amor y consolación que tranquilizó a los dos. Aldo, la consoló diciéndole, que todo iba a estar bien.

De un momento para otro, los dos se durmieron en la peña...

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