La quimica es algo apasionante, es increíble como los nervios del cuerpo mandaban impulsos electromagnéticos mediante la sinapsis para hacer un grito de auxilio motriz al cerebro, como las putas almenaras de Gondor.
El anciano segregaba más dopamina que el puto Rambo destrozando niñas vietnamitas con su gatlin, como las destrozaba Antonio en sus mas eróticos sueños.
Echó a correr con el mazo hacia la fruteria donde se dirigia antes del incidente, las zancadas eran enormes, impropias de su andar típico, sus ojos inyectado en sangre, parecian tener un objetivo iracundo.
Entrando en la fruteria a tanta velocidad, sin tocar las cajas, calleron un par de naranjas por la atraccion del vacio generado por las corrientes de aire. El frutero, como buen moro de mierda, le recibía con una sonrisa que no ocultaba su naturaleza yihadista, y a pesar de esto, no sabia el nombre del yayo que varias veces por semana entraba en su tienda a salvarle el culo economicamente.
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Antonio el revientacabezas
HumorUn microrrelato de testeo. Comedia negra con maridaje de gore.