De todos quienes cruzaron, uno, si se detuvo. Antonio era un anciano de avanzada edad. En su rutina, entraban los cereales "special k", estos le ayudaban a afrontar el día tras una buena cagada, a la que bien solia rematar con una longeva y blasfemísima paja, de esas que ponían su viejo corazon al borde del colapso. Tras el remate humano, se duchaba y se vestía para comprar fruta. Pero aquella jodida mañana se encontro con el mismo bolardo tumbado que a diferencia de los demas, si llamó su atención.
Antonio se agachó con su espalda curtida en años y tras un crujido agarró el metal, ese que durante el dia había acogido todo el calor el áspero sol.
ESTÁS LEYENDO
Antonio el revientacabezas
HumorUn microrrelato de testeo. Comedia negra con maridaje de gore.