× eight ×

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no es que temo se sintiera completamente solo; tenía el amor y el cariño de su padre y sus hermanos, pero este no le era suficiente. a veces sólo quería sentir unos brazos sosteniendo su cuerpo, unas manos entrelazadas a las suyas y el calor de unos labios besando su cuello...

¿acaso era mucho pedir?

esa tarde después de dejar el libro con la nota dentro del mismo en la biblioteca, esperando a que su "escritor" secreto le respondiera de nuevo, se dio a la tarea de visitar un pequeño baldío que se encontraba a unas cuantas cuadras de su casa. le fascinaba pasar tiempo a solas ahí, le servía para pensar, despejar su mente y lidiar con sus demonios, en especial los del pasado, esos que habitaban muy en el fondo de su cabeza y que habían impregnado hasta lo más vago de su ser.

soñaba con enamorarse de verdad, un amor que no le rompiera el corazón, que quebrara todas las rutinas que tanto le aburrían y que lo hiciera "volar". se sentía atraído por los chicos, si, eso no lo iba ni lo podía negar, pero, esta persona de las notas, le llamaba la atención, lo hacía sentirse vivo, emocionado y con ganas de seguir despertando para adivinar qué podría suscitarse al día siguiente y cada vez que volviera a tener dicha obra entre sus manos. 

lo hacía sentirse como un niño...y no iba a mentir, ya no más, le fascinaba esa sensación.

para él, el romance era un sueño, un sueño que había arrasado ya con su corazón y con sus esperanzas. su sexualidad siempre había sido su talón de aquiles, aquello que le daba pavor mostrar, que le aterraba. y se aferraba a él, como si no hubiera un mañana.

a veces solemos pensar que al confesar nuestros más ocultos secretos, las cosas pueden cambiar y no para bien. él sentía que si le confesaba su verdad a su padre o a sus hermanos, todo su mundo se vendría abajo. sabía que no tenía nada que ver, pero luego de haberle confesado a rebeca quien era, su mundo se fue derrumbando poco a poco, y miren como terminó eso. para nada quería que eso volviera a suceder, sentía que por más cariño que le tuvieran, de una u otra manera se sentirían raros compartiendo espacio con su persona.

ese es el chip que traen muchas familias incrustadas muy en el fondo de su ser, por más amoroso que sea el entorno en el que creces, siempre hay algo o alguien que te impide ser verdaderamente libre y feliz. 

hay cosas que el miedo no te permite concretar y te encierra dentro de una burbuja bastante complicada de romper: decirle a sus seres queridos quién es en realidad, era una de ellas. 

este baldío era muy peculiar, había mucho silencio que de cierta forma lo tranquilizaba, lo hacía sentirse en paz con él mismo y con la naturaleza. esta clase de tranquilidad no la tenía hace tiempo y en verdad la estaba disfrutando. 

ojalá todo fuera tan sencillo  — se murmuró a sí mismo, tratando de imaginarse un mundo en el que podría ser libre y estar al mando completamente de quien verdaderamente es; de su cuerpo, de su vida, de enamorarse o no, poder salir sin sentir que la gente lo juzga o lo odia por el simple hecho de tener una orientación sexual distinta a la suya.

anhelaba tanto un mundo en donde lo anterior fuera la única opción que él pudiera llegar a tener a lo largo de su vida. nada más, nada menos. 

no encontraba justo, ni mucho menos lógico que las personas heterosexuales tuvieran el privilegio de vivir su vida al máximo: sin ataduras, sin odio, sin gente que los menospreciara por ser quien son y sobre todo, sin miedo a la reacción de la gente, a ser lastimados, a enfrentarse con gente que sin razón alguna o aparente decide atentar contra ellos cuando algo no les parece, en este caso, cuando la existencia de alguien con una orientación sexual o una identidad de género distinta a la "norma" les disgusta.

así que escribió, escribió hasta que le dolieron los dedos, hasta que leves marcas se formaron en sus dedos y muñecas por apoyar tan firmemente el lápiz sobre el papel y la mesa, y trató de encontrar las palabras perfectas para decirle a su familia todo aquello que había tenido atorado en la garganta por una eternidad. era algo que quizás nunca les iba a entregar, pero valía la pena desahogarse y sacarlo todo. 

"queridos hermanos y papá...

(nota: esto vendrá en próximos capítulos, tranquilos) "

él, únicamente buscaba que las personas más importantes en su vida lo ayudaran y no lo juzgarán, pero también, por más absurdo y loco que sonara, ansiaba encontrar el paradero de la persona de las notas en la biblioteca.

estaba dispuesto a seguir hablando con esa persona, a conocerle, a comprender un poco su mente, a dejarse llevar y soltarse por ese leve sentimiento de mariposas que se estaba formando en su estómago y que lo hacía sentirse en las nubes.

a veces vale la pena dejarse llevar por las cosas que pudieran ocurrir en la vida cotidiana, y más si aquello que te está impulsando hasta cierto camino te hace sentir feliz...¿o no?

a/n: hola, una disculpa, he estado repleta de exámenes y tareas y se los juro que esta vida de universitaria me esta matando. espero poder actualizar más seguido en este pequeño puente que habrá.

este capítulo más que nada fue una introducción más a fondo de la manera en que temo se siente respecto al no poder ser él mismo, mucho de los sentimientos encontrados por parte de temo son miedos propios o pensamientos míos que me comen el cerebro de manera diaria.

un besote y a dormir.

síganme en @fiercebondoni.

cruzando miradas × aristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora