× three ×

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temo le dió justo en el blanco con ese libro, sabía que era capaz de crear la mejor investigación para su proyecto, sólo esperaba que en verdad sus compañeros se tomaran la información como algo serio, y no como un simple juego, como hasta la fecha todo lo era. por una vez en su vida quería que alguien lo tomara en serio.
nadie nunca lo hacía — pensó.

estaban en universidad, por dios, ver a gente inmadura le causaba bastante molestia. no era que todos fueran maduros y supieran qué fregados hacer con sus vidas, pero ya no era tiempo para bromas de mal gusto, ni chistes que probablemente debieron permanecer en el pasado, en su época de secundaria.

hizo algunas anotaciones en su cuaderno, dejó el libro en la estantería correspondiente y salió de la biblioteca. su padre, francisco lópez, mejor conocido como "pancho", tenía planeada una cena en casa para celebrar que sus hermanos mayores estaban de visita en oaxaca.

hace mucho que no los veía y en verdad los extrañaba. cuando murió la segunda esposa de su padre, rebeca, todo se quebró para su familia. sus hermanitos, julio y lupita se quedaron sin su madre, y él, nuevamente perdió a otra mamá, ya que la suya falleció al momento de dar a luz, y por ende, nunca pudo conocerla.

rebeca siempre estuvo ahí para él. fue de las pocas personas que rellenó de alguna forma el vacío que sentía al no haber crecido con una figura materna, que supo ver detrás de su rostro triste y desorientado que sólo pedía ser aceptado y amado. ella fue la primera persona a la que le contó que sentía algo por un chico, a la que le confesó que no era como los demás chavos, a la que le dijo que se sentía "diferente".

recordaba sus suaves palabras como si hubiese sido ayer cuando se las murmuraba en el oído: — mi niño, no eres, ni sientes diferente, sientes como todos los demás, como tu padre, como tus hermanos, como yo y no deberías sentirte avergonzado nunca. yo sé que tu corazón siente que el mundo se te viene encima, como si no tuvieras rumbo, pero créeme, no estas solo, nos tienes a nosotros. siempre lo harás. — con esas palabras, besó su frente y se recostó junto a él a ver las estrellas. solían hacerlo cada que podían, la casa en toluca era de las más bellas, el techo les permitía tener un panorama amplio del cielo, en todo su esplendor. a temo le fascinaba y disfrutaba mucho pasar tiempo con rebeca.

cuando ella murió, todo se derrumbó para él: no sólo se había muerto la esposa de su papá, sino que perdió a una amiga, a una confidente, a una madre y ya no sabía que hacer. ella había estado hasta cuando le habían roto el corazón y no podía comprender cómo de un día para otro, en un cerrar de ojos, se había esfumado.

entonces decidieron mudarse a oaxaca, sólo pancho, lupita, julio y él. buscaban un respiro de toluca, del dolor y de las penas. a sus hermanitos les costó mucho asimilar la pérdida de rebeca y a él le partía el corazón verlos sufrir. es así como prometió velar por ellos, toda la vida, y nunca defraudarlos.

y sentía que si alguna vez les decía algo sobre quién era, a cualquiera de su familia, eso era exactamente lo que iba a ocurrir.

no quiero defraudarlos — se repetía a sí mismo, una y otra vez, hasta que su cabeza asimilara la idea de que nunca iba a poder ser completamente valiente y libre.

al llegar a su casa, inmediatamente subió a su habitación, se cambió de ropa y bajó al comedor. su padre y sus hermanos pequeños ya lo estaban esperando.

papancho, ¿y mis hermanos? y no, no hablo de las calcamonías —  le preguntó, se le hacía extraño, puesto que habían quedado en verse a esa hora y siempre eran muy puntuales.

los mande por las tortillas, temistocles, aquí va a haber una taquiza, una grande como las que hacía tu tía chela, ¿te acuerdas? — y si, esas eran las mejores, su tía tenía el mejor sazón de todo toluca, la extrañaba mucho.

cruzando miradas × aristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora