Capítulo 3: La Llegada.

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Mi estomago estaba revuelto, me siento como si de mí dependiera algo más que ir con mi madre a ese lugar, pero, se que no tengo ninguna posibilidad de negarme. Ella tomaba fuertemente mi mano, incluso puedo decir que estaba sudando. Todo esto me incomodaba.  

— ¿Estas preparada Morgan?...— Me sonrío.

La imagen de mi padre se presentó en mi mente, mamá había dicho que mi padre hubiera querido esto para mí. Y extraña sensación de nostalgia y tristeza invadió mi pequeño corazón. La mano de mamá era cálida y su piel era algo suave y áspera. A pesar de que estaba sudando. No me parecía algo tan desagradable.

— Morgan...

— Vamos a casa.— le di una sonrisa cálida. Y pude sentir como los ojos de mi madre se volvían casi como los cristales.

Los primeros pasos que podíamos dar ambas eran algo inseguros y casi con miedo pero mamá fue la primera en tomar las riendas de estar segura y se encargo de moverme cuando parecía que me quedaba quieta. Las miradas de las mucamas y del piloto me hacían sentir insegura.

Todo lo sentía tan débil.

— Bienvenida señorita y Señora Stark, esperó que podamos cumplir con sus expectativas del vuelo. Siéntase cómoda, después de todo. Todos nosotros trabajamos para usted.

La voz amable de la mujer que hablaba amigablemente con mi madre me hizo esconderme detrás de mamá por la timidez, no quería involucrarme. Ni siquiera se que tengo que responder, mamá se adelantó y agradeció con una pequeña sonrisa.

— ¿Desea partir de inmediato o esperar unos minutos?...— Mamá se volteó mirándome. Pero yo desvíe la mirada.— ¿Señor-...

— Esperamos llegar a Nueva York lo más rápido posible, no queremos perder tiempo yo y mi hija.— Mencionó con respeto.

— Entiendo, discúlpame que diga esto pero...— tomo un respiro.— ¡Su hija es la viva imagen del Señor Stark!.

Una sonrisa traviesa salió de los labios de aquella mujer y mamá también asintió contenta. Pero yo me sentía algo pequeña comparado a las emociones de las mujeres. La chica estaba al medio de la entrada al avión así que se hizo a un lado para que yo y mi madre pudiéramos entrar.

Mis ojos se abrieron de par en par cuando delante de mi uno de los lujos que el avión te daba se presentó. Todo parecía ser de oro puro, rápidamente me solté de la mano de mamá y corrí al sofa que me estaba tentando a sentar. Era cómodo y suave. Casi me olvidaba de la situación en la que estábamos pasando.

— ¿Te gusta?.— pregunto mamá y yo asenti mostrando mis dientes.

Ella me revolvió el cabello con ternura y me sonrió. Después trato de ayudarme a sentarme y yo le agradecí.

— ¿Quieren algo para comer o tomar?.

De la nada apareció otra mujer más, ella tenía una sonrisa de oreja a oreja y me sentí cómoda después de mucho tiempo, pero dijo algo que me quito de inmediato la sonrisa.

— ¡El viaje será algo largo, así que no se preocupen si no tienen hambre en este momento! Pueden llamarnos después.— eso me hizo pensar.

— ¿Quieres algo Morgan?.

— No.

— ¿Y usted me Señora?...— pregunto con cuidado.

— No gracias, no se me ofrece nada.

La chica desapareció tan rápido como llegó, comencé a jugar nerviosa con mis dedos la pregunta invadió mi cabeza ¿Que tan lejos íbamos a irnos nosotras dos? Sabía que nos ibamos a ir lejos pero no lo creí de la manera en la que tuviéramos que tomar un avión.

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⏰ Última actualización: May 16, 2020 ⏰

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