«The Drageblod I: TRAVESURA REALIZADA» |FRED WEASLEY|

|Capitulo dieciocho|

Invitación.

La ultima clase del viernes había llegado a su fin, dejando por fin libre a Katie Bell para hacer lo que se había propuesto durante toda la semana. —Si, tal vez él me va a odiar—se decía a si misma pero no aflojaba el paso, se dirigía directo a los huertos del castillo, donde sabía que él solo tenía un castigo por cumplir. Al llegar a unas escalinatas de piedra visualizo rápidamente una mata de cabello rojizo entre los estudiantes y trago saliva. Pero estaba decidida, le confesaría todo a Fred. Para bien o para mal, ella creía que el pelirrojo merecía saber aquel secreto que llevaba un tiempo guardando, un secreto que la perjudicaba a ella totalmente. Pero no podía callarse más...Fred tenía que saberlo.

La joven apresuro sus pasos para alcanzar al pelirrojo y cuando por fin estuvo cerca alzo su brazo hasta el hombro de este.

Fred se giró medio distraído, encontrando el rostro agitado de Katie.

—Katie, ¿Cómo estás? —le sonrió mientras acomodaba mejor la mochila en su espalda.

—Hola Fred...—musito la joven con un suspiro de cansancio y entonces su mirada vagó por los alrededores, cerciorándose que Angelina no estuviera cerca. Al comprobar que nadie se encontraba por ahí volvió su mirada el pelirrojo y lo miro con nerviosismo. —¿Tienes un minuto?

Fred frunció el ceño confundido.

—¿Pasa algo malo? —inquirió preocupado acercándose más a la chica.

Katie negó.

—No, es solo...necesito decirte algo, Fred. —contesto en tono bajo.

Fred se preocupó ligeramente, pues Katie no les había dirigido la palabra en un largo periodo de tiempo. Sabía que la joven tal vez tenía sus buenos motivos, o como había mencionado Angelina tal vez estuviera preparándose para dar buenos resultados en los TIMO's. Aun así, él nunca dejo de preocuparse por eso. Katie era una buena amiga, muy cercana y temía que le hubiera pasado algo.

Caminaron en silencio hasta los jardines de colegio, pero el pelirrojo seguía notando la actitud extraña de su amiga, pues no dejaba de mirar a todas partes, parecía no querer ser vista.

—Kat ¿Está todo bien? —se atrevió a preguntar ya intranquilo. Katie se detuvo y lo miro con un rastro de incomodidad en su rostro; volvió a mirar a su alrededor y entonces lo tomo ligeramente por el brazo, llevándolo a unas gradillas cercanas, sentándose por fin.

—Fred, no sé cómo empezar...—musito con la mirada baja, jugando con sus dedos. —Me vas a odiar, me vas a odiar. —se repetía mentalmente una y otra vez, mientras el sudor se empezaba a revelar en su frente.

—¿Qué te parece por el inicio? —exclamó el joven Gryffindor para aplacar un poco la tensión. Ella sonrió, pero a su expresión le faltaba chispa, no era una sonrisa real. —¿Algo malo sucedió? ¿Tiene que ver con tu alejamiento?

Katie apretó los labios y levanto la mirada. Fred frunció el ceño con angustia al notar que su amiga tenía los ojos ligeramente empañados.

—Fred... es que yo...—dijo con apenas un hilo de voz.

—¡Katie! —la voz aguda de Angelina había interrumpido aquello, e inmediatamente la joven se levantó y abrió los ojos alarmada —¿Pero de dónde salió? —se preguntó. Fred la observo con desconcierto y se levantó también. La morena camino tranquila hacia ellos, aun cargando sus libros. —Espero que mañana si nos acompañes a Hogsmade. —añadió para después mirar a Fred. —¿La estabas invitando, amor?

Fred se quedó callado y miro a Katie. Esta solo le dirigió a Angelina una mirada entre el odio y la decepción para después alejarse de ahí con rapidez.