Capítulo IV

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Harry’s POV

Diablos. La cabeza me dolía como si cientos de alfileres fueran enterrados en ella al mismo tiempo que estallaban botellas de vidrio en la misma. Era insoportable. Comencé a abrir los ojos de la manera más lenta que fuese posible, una enorme luz blanca me pegaba de lleno en el rostro y eso no ayudaba a desaparecer el dolor. Cuando por fin después de tanto pestañear y aguantarme el dolor de cabeza, logré abrir mis ojos, noté que estaba en un cuarto de hospital porque, ¿qué otro lugar es completamente blanco, huele a antiséptico y creen que con ponerte una luz blanca en el rostro vas a mejorar? Debía ser un hospital.

Me levanté levemente quedando sentado en la camilla, estaba sólo. Bueno, no tan sólo. Había un sin número de enormes globos de “¡felicidades!” o “te amo” “eres el amor de mi vida” y muchas cursilerías más. ¿Estuve a punto de morir? Porque sólo a los moribundos los llenan de este tipo de cosas. También había un enorme y hermoso arreglo de flores, gardenias, para ser exactos.

Miré a través de la ventana de la habitación, se notaba un cielo hermosamente estrellado. Estaba dispuesto a levantarme a contemplarlo cuando la puerta de mi habitación se abrió de repente dejando visible la enorme cabeza de un gatito de felpa.

-¿puedo pasar, hazz?- esa era la inconfundible voz de Louis. Ladeé una sonrisa y asentí ya que estaba casi dentro de la habitación antes de preguntar.

Caminó hasta la camilla donde aún me encontraba. Tomó lugar junto a mí dejando el gatito de felpa en mi regazo.

-dime la verdad Louis, sé sincero ¿estoy muriendo?- fingí un rostro de tristeza y angustia, el son sonrió y besó mi sien.

-para nada cariño, es sólo que… todos estamos muy emocionados, es todo.

-¿emocionados? ¿Porque he despertado?- estaba bastante confundido ¿había estado dormido mucho tiempo?

- no cariño, de hecho has despertado antes de lo esperado, en tu condición realmente creí que dormirías más.- tenía una sonrisa hermosa plasmada en la cara, de esas que te delatan cuando algo te hace demasiado feliz.

-¿mi condición?- bien, comenzaba a alarmarme.

-si cariño, pero tranquilo no es nada grave, aunque admito que yo me desmayé cuando me dieron la noticia.- volvió a dejar un beso pero esta vez en mi mejilla, se levantó y me tendió su mano en señal que lo acompañara.

-¿adónde vamos, Lou?- no respondió mi pregunta. Me guió hasta la terraza de la habitación, la cual no sabía que existía.

-es por esto que prefiero este hospital, que el general- se refería a los “lujos” que poseían los hospitales privados. Había una especié de sofá con unos cuantos cojines que supuse Louis compró porque tenía bordado en las esquinas “HS&LT”. El se sentó primero y luego me acomodé en su regazo apoyando mi cabeza en su pecho, del lado de su corazón.

-¿vas a decirme cuánto tiempo me queda de vida, Louis?- soltó una sonora carcajada

-si cariño, te quedan aproximadamente unos 500 años- si Louis, búrlate.

-ya en serio WILLIAM- já, sabía cuánto odiaba su segundo nombre.

-ya, ya está bien cielo, no hay porqué ponerse rudos. Escucha, esto va a parecerte extraño pero el doctor dijo que si era posible y que no había riesgo de nada; te lo aclaro para que no pienses que vas a morir.

-dime ya Lou, creo que ya me quedó claro que no moriré hoy- rodé los ojos. No entendía por qué tanto misterio.

-Harry, tu… yo... y tú y yo…-genial, en el momento más oportuno se le da por hacerse idiota.- seremos padres, Harry.- silencio.

Love, tragedy and a happy ending. Larry Stylinson - MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora