¿Qué eres? (Aizawa x lectora x Mic)

Primer día

El primer día había llegado y ya era hora de ir al instituto por lo cual (T/N) se encontraba caminando hacía la escuela.

Narra (T/N):

Voy caminando hacía la escuela, bueno, más bien voy dando saltitos por la alegría de empezar un nuevo día pero no puedo hacer amigos porque sino mamá se enfadara por ello. No quiere que haga amigos para que no les pase nada por si alguien se entera de lo que soy, un monstruo.
Cuando me di cuenta ya había llegado al instituto y me encontraba buscando mi clase, al entrar pude observar a un montón de gente hablando y divirtiéndose, yo solo me dirigí a mi asiento y me senté a la vez que sacaba un libro de mi bandolera y me ponía al leer. Estaba tan sumergida en el libro que no me di cuenta de que los alumnos se estaban levantando para ir a cambiarse por ropa deportiva hasta que una chica de pelo negro, atado en una coleta, que me aviso para luego salir junto a las otras personas.
Rápidamente guarde el libro y salí de clase , andaba detrás de todos ellos para que no se percataran de mí pero sentí un extraño tacto en mi ala derecha, me gire bruscamente para encontrarme con el dueño de unos ojos esmeralda.

- L- lo siento. -Dijo mientras apartaba la mano nervioso.
- No pasa nada, solo me pillo por sorpresa.
- Mi nombre es Izuku, Izuku Midoriya.
-Encantada, soy (T/N). -No se porque el me incitó a interactuar con él, no se que fue pero se que estaba en un lió como mamá se enterará, pero no pasaría nada si ella no se enteraba ¿no?- El vestuario de chicas es este, el de chico es por allí.
-Sí, nos vemos luego.

Entre y me cambie, luego salí y espere junto a todos mis compañeros, apareció de repente el que sería nuestro profesor, se le veía claramente cansado y al ver su cara no pude evitar soltar una pequeña risa que silencie al ver como me miro de arriba a bajo, como si me estuviera analizando.
Se puso a explicar y dijo que el último que quedara con la peor puntuación ería expulsado, incoscientemente le interrumpí ganándome la mirada de todos.

- No es justo, la última persona que tenga la peor puntuación no debería ser expulsado, se a ganado con sus esfuerzos estar dentro del instituto, no es justo que por no sacar muchos puntos lo quiera expulsar de la academia. -Todos me miraban y miraban luego al profesor pero nadie intervino, ni quejándose, ni apoyándome, no querían hablar para no ser ellos los que tuvieran que aguantar esa mirara del maestro.
-No pedí tu opinión. -Contesto para continuar con lo que decía y explicaba lo que haríamos.

Luego de hacer las prueba pude ver que había quedado penúltima y que el último había sido Izuku, yo solo me acerque a él pero en ese momento el profesor dijo que todo había sido una farsa, que no iba en serio.
Se marcho de allí y no pude evitar ponerme feliz al saber que mi amigo no sería expulsado.
El día se  había acabado y yo me fui a mi casa para encontrarme a mi madre en el salón junto a otra chica.
Ella tenía el pelo negro por las raíces pero se iba volviendo azul a medida que llegaba al final de su pelo, sus ojos eran azules claros, eran muy brillantes, lleva un rímel negro que hacía sus pestañas más grandes y una sombra de ojos oscura. Lleva una chaqueta de cuero con pinchos por las mangas y hombros, no la lleva abrochada del todo ya que por encima de su pecho dejaba a la vista la prenda que cubría ambos pechos, lleva en el cuello un collar con piedras del mismo color que sus ojos, e igual de brillantes. Su ombligo estaba al aire, el resto que lleva son unos pantalones negro y unas botas del mismo color. En su mano derecha sujetaba un gran martillo de piedra morada.

- ¿Kaori?
- Hola enana.
-No soy enana. -Dije mientras inflaba mis mejillas.
- Cariño.- Interrumpió mi madre. - Me tengo que ir por un tiempo, a surgido algo y se necesita mi presencia urgentemente, ¿podras apañartelas sola?
-Sí, no te preocupes.
-Bueno enana, si surge algo no dudes en llamar.
-Claro.

Ambas salieron dejándome solo en casa, no era la primera vez que me quedaba sola durante bastante tiempo pero si Kaori había tenido que venir del mismísimo infierno, es que algo malo sucede.