Fue la sesión de estudio más tensa que existió.
Wess no paraba de darle miradas asesinas a Jack que me explicaba algunos problemas y por ende se tenía que acercar a mí.
La verdad no sé qué le pasa a ese tipo.
Wess
Npi (ni puta idea) de lo que me sucede al estar cerca de Jalie.
Ella es tan especial para mí que no logro comprender el por qué lo es.
Es terca, grosera, ruda, nada dulce, enojona y no sé por qué me siento así cuando estoy cerca de ella.
En cuanto a su amigo, me hierve la sangre al verlo tan cerca de ella. Ella es mía.
Por amor a Dios Wess.
Jalie se levantó suavemente y se estiro dejando ver parte de su hermoso abdomen. Ella es tan sexy.
- Jack creo que es demasiado tarde y debería irme a casa.
- Si Jal deberías irte porque no quiero que te secuestren, eres demasiado hermosa para perderte
- Solo me quieres por mi cara - dijo Jalie con semblante serio y frio – en fin…estamos a mano porque yo solo te quiero por la comida – le guiño un ojo…LE ACABO DE GUIÑAR UN OJO. Cálmate Wess, cálmate.
- Bueno preciosa nos vemos el lunes, recuerda que vamos a comer helado
- A si verdad, quiero helado
Tenía que evitar que estos dos estuvieran solos, ¿Por qué? Se preguntaran…porque los muy malditos tiene química y yo Wess Williams soy el propietario de Jalie Evans.
Jalie se despidió de Jack con un beso en la mejilla, lo cual hizo arder mi sangre.
Salió de la biblioteca y yo seguido de ella.
- Oye
- Que quieres Wess
- Hablar contigo hermosa
- Pero yo no…además es tarde
- Te puedo llevar en mi auto
- No quiero
- Sé que quieres
- En realidad no quiero Wess
- ¿Por qué eres así de fría?
- Y a ti que te importa
- Come torta
- Infantil de mierda – farfullo
- Mejor te como a besos a ti – PERO QUE MIERDAS ESTAS DICIENDO WESS, YA NO ESTAS SIENDO RAZONABLE IMBECIL.
Cuando menos pensé estaba acorralando a Jalie contra la pared.
- S-suéltame
- ¿Por qué tartamudeas?
- P-por nada idiota
- Jalie en realidad eres hermosa
- Deja de decir estupideces
- No lo son – acaricie su mejilla con mi mano y me acerque más a su rostro
Ella parecía asustada, y para qué negarlo estaba asustada por como pudiese reaccionar, así que deje los rodeos atrás y junte nuestros labios.
