Sonrisa

4K 458 160
                                    

Regresar, susurro una voz en mi mente, no quería regresar al infierno, sabía el alcance de las personas que se encontraban involucradas, eran capaces de matar, herir o amenazar. Tosí escandalosamente para que dejaran de hablar y baje por las escaleras, les vi mirarme y Sasuke se paró de su silla para recorrer la mí y ayudarme a sentar.

Sonreí ante el gesto y le vi mirarme.

-Me gusta tu sonrisa, deberías usarla más seguido.

Sentí mi cara enrojecer y trate de ocultarla bajando mi vista a los platos ya dispuestos en la mesa, escuche la leve risa de Kakashi a mi lado y después un quejido.

-Eres un animal Uchiha.

Mire la comida por un rato más y sentí la mano fría de Sasuke tomar la mía y darle un ligero apretón.

-Nada de sedantes, lo prometo.

Comenzamos a comer y yo me dediqué a escuchar la charla de ellos.

-¿En verdad lo de Itachi?

-Oh, si, se llevó la empresa de Obito entre las piernas.

Vi a Sasuke negar con una leve risa.

-En ocasiones me impacta la ambición de mi hermano.

-Iruka y yo apostamos que te dejaría en la calle una vez que muriera Fugaku, pero bueno, creemos que el amor que siente por ti es más grande que el que siente por el dinero.

La risa de Sasuke se volvió a oír y yo le mire, la seriedad había desaparecido de su rostro y parecía estar demasiado cómodo con la charla, le vi meditar algo y después volver a reír.

-Creo que a mí también me sorprendió que no lo hiciera.

Me perdí en sus palabras y en la forma en que movía los brazos cuando trataba de explicarle algo al peliblanco, parecía disfrutar de la conversación, de vez en cuando pedía mi opinión sobre algo y yo se la daba, tomaba mi mano y la apretaba un poco para después soltarla y comenzar a moverlas siguiendo el ritmo de sus palabras, me di cuenta que sus ojos brillaban cuando Kakashi preguntaba algo referente a la medicina y su risa siempre era la misma, como el cantar suave de alguna ave rapaz.

Deje de escucharles y mi mente me llevo por los recuerdos de la noche de mi huida, no fui el único que escapó ese día de eso estaba seguro, había escuchado a los guardias darse entre gritos instrucciones de qué partes del bosque tomarían cada quien para buscar a los desaparecidos. Había visto pasar a muchos correr cerca de mí antes de que yo decidiera seguir por el camino más oscuro, todos nos ignoramos buscando nuestro propio beneficio y sabíamos que si íbamos por grupos o parejas sería más fácil que nos atraparan.

Un dolor punzante atravesó mi corazón cuando mi mente me dio el nombre de la persona en la que no quería pensar "Gara " mis ojos por primera vez comenzaron a llenarse de lágrimas, pero me negué a dejarlas salir, respire profundamente y trate de seguir el ritmo de la plática que aún se llevaba a cabo frente a mí, pero mi mente no me dio tregua ¿cómo era posible que le hubiera dejado ahí? Sabía de las depravaciones a las que estaba condenado una vez que tuviera la suficiente edad, le había prometido que no le dejaría ¿y ahora? Cerré los ojos alejando de mí la imagen del pequeño niño hecho bolita en mitad de la cama y retuve el aire.

La sangre me hervía de coraje, no pensé en el momento que se dio la oportunidad de escapar, yo solo quería huir, y al parecer lo había logrado pero... ¿Qué pasaría ahora con Gaara?

Nadie le protegería, cerré mis manos en puño e ignore el dolor que esté dio por mi brazo derecho, todo el dolor me lo merecía por haberlo abandonado.

Sentí la mano de Sasuke posarse en uno de mis puños cerrados y voltee a verle.

-¿Te encuentras bien? - le mire a los ojos y recordé sus palabras "... Puedo ayudarte"

Asentí con la cabeza, no me sentía capaz de contestar sin que mi voz me traicionara y retire su mano con delicadeza para retirarme de la mesa y caminar hacia uno de los sillones de la sala.

Podía sentir la mirada de los dos pegada a mí y decidí ignorarlos, me senté en el sillón más cercano a Kyubi y le hable por lo bajo para que solo él me escuchara, Kyubi levanto sus orejas y después se paró para acercarse a mí. Comencé a acariciarlo y disfrute de la suavidad de su pelaje, siguiendo el ritmo mecánico de mis movimientos, dejándome llevar de nuevo por los reproches de mi mente.

¿Qué posibilidades había de que Sasuke realmente me pudiera ayudar? Sabía que tenía empresas y contaba con los recursos y contactos para investigar, o por lo menos eso había deducido por los pedazos de conversaciones que había recolectado. Retire de mi cabeza la idea de pedirle ayuda y me deslicé del sillón hasta llegar al suelo para tener mejor acceso al pelaje de Kyubi.

¿Qué tanto podía contarle? No era como que supiera mucho sobre los motivos de ellos para mantenernos presos en ese lugar, sabía muy pocas cosas... Después de que vi a aquel joven en la camilla, me llevaron a otra ala del lugar donde siempre me encontraba solo, encerrado en mi habitación, sabía que había más personas cerca de mí, en las noches las escuchaba gritar y suplicar para que pararan, podía escuchar la risa de los guardias y ver batas de doctores o enfermeros pasar frente a la rendija que había en la puerta de mi lugar. ¿Lo que sabía sería suficiente para que ellos pudieran investigar algo? ¿Sasuke me creería?

¡Sabes más! Me reprendí y mis ojos volvieron a humedecerse. Me incliné un poco más a Kyubi y gruñí de dolor cuando mis costillas protestaron, quería llorar, la frustración podía conmigo, ¿qué pasaba si habría la boca y ellos terminaban mal? Kyubi comenzó a ladra cuando mi mano se aferró con fuerza a su pelaje y escuche las sillas ser jaladas y las pisadas presurosas llegar hacia mí.

-¿Te sientes mal? - Me preguntó Sasuke y sentí sus manos en mi espalda, no le mire pero asentí. Me tomo en brazos y enterré mi cabeza en su pecho, solo quería un pretexto para no ver a nadie, para poder estar solo en esa habitación oscura y pensar.

Sí, me sentía mal, tan mal que no sentía dolor alguno, tan mal que podía sentir mi alma rasgarse en mil pedazos ante todo lo que pasaba.

Sasuke me dejo en la cama y su mano se posó en mi frente abrí los ojos y me perdí en los suyos por largo rato, haciendo que mí mente olvidara por completo todo lo demás, disfrutando nuevamente de la tranquilidad que él me brindaba.

-Ónix -murmuré y vi su cara llenarse de confusión.

-¿Perdón?

-Tus ojos son color ónix, la primera vez pensé que eran color carbón como tu pelo...

Sasuke me miró y después sonrió y yo sonreí.

-Tu sonrisa es muy bonita deberías usarla más seguido - dije repitiendo lo mismo que él me había dicho y le escuche reír.

-Tratare, no prometo nada.

Vi como esculcaba en un pequeño cajón y sacaba un bote transparente con una jeringa, hice una mueca al ver sus intenciones y me aleje de él cuando se acercó.

-No quiero que me vuelvas a dormir.

-Lo tengo presente, esto es para el dolor, presiento que la postura que tomaste hace un rato han hecho que las costillas te duelan.

Eso era verdad, pero no me fiaba de él y sus trucos para hacerme dormir.

-Dame tu brazo, prometo que no te haré dormir, aún que crea que lo necesitas.

No me moví pero tampoco me aleje cuando se acercó y no me resistí cuando tomo mi brazo y enterró la jeringa en él.

Se quedó cerca de mí y después de unos minutos se alejó para tirar la jeringa en una caja negra bajo un escritorio.

-¿Ves? Nada de un bello durmiente por aquí.- dijo sonriendo.

-Menos mal, porque me faltaría un joven principie para rescatarme.

-O eres cruel ¿es que no me ves a mí?

Sonreí, claro que lo veía.

El experimentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora