Charla

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Cerré la puerta del baño y me senté en el pequeño banquito frente al tocador, fruncí el ceño ante mi reflejo, apenas reconocía a la persona que estaba frente a mí, mi piel estaba pálida, mis ojos dejaban ver ojeras bastante pronunciadas, incluso había perdido peso, sabía que a Sasuke le preocupaba pero a pesar de eso había estado corriendo lejos de su vista, no tenía el valor para verle a la cara y en cambio me la pasaba evitándolo como lo hace un ratón cuando el gato está al acecho.

Escuche la puerta cerrarse despacio y abrí el cajón frente a mí ocultando mis ojos del espejo, los pasos tranquilos resonaron por el lugar y el crujir de la cama se escuchó después haciendo que todo quedara en silencio, sabía que Sasuke me veía, sentía su mirada clavada en mi espalda.

-Necesitamos hablar.

Removí un poco las cosas del cajón, fingiendo buscar algo, hice un pequeño ruido de aceptación.

-Naruto, necesitamos hablar. - deje que mis manos se detuvieran, mi cuerpo tembló, la voz de Sasuke estaba fría, demasiado molesta, la calidez con la que siempre me hablaba no se encontraba presente esta vez y desee, haber salido de la habitación antes de que él llegara.-Necesito que me mires, no te comportes como un niño. -saque mi brazo del cajón, sabía que Sasuke se estaba controlando para no gritarme, un nudo se apoderó de mi garganta y trate de pasar saliva para despejarla.

¡Malditas hormonas!

Gire sobre el banquito y quede frente a él, comencé a ver mi manos como si fueran lo más interesante del mundo y vi cómo el pie de Sasuke se movía un poco. Cuando estuve seguro que no me soltaría en llanto levante mi vista para verle, la cara de Sasuke se relajó por unos segundos para después volverse a endurecer.

-Ino me ha informado que no has estado comiendo- le mire, iba a contestar pero no me dejo- ¿tu plan es matarte de hambre? ¿Matarlo a él de inanición? - Sus palabras me cayeron como aguijones clavándose en mí, yo no deseaba matar al bebé, sabía que no había estado comiendo, pero no era porque quisiera matarlo. Le mire tratando de poner una mirada sería como la suya.- ¡Ni siquiera las pastillas que dejó tomas! - Sus manos se cerraron en puños, Sasuke estaba realmente enfadado, respire tratando de controlar el llanto, y me incliné un poco lejos de él.-y ¿por qué diablos me has estado evitando? Creíste que así te sería más fácil.

Sus palabras me enojaron, no podía creer que el realmente estuviera convencido sobre el intento de asesinato del bebé por mi parte, me pare enojado.

-¡Sasuke guarda silencio!- dije dolido.

Podría haber estado confundido, incluso pude haber pensado en no tenerlo, pero de pensar a hacerlo había mucho terreno de por medio.

-¿Para qué? ¿No quieres que te recuerde lo que estás planeando hacer? ¿Oh acaso planeabas dejarme?

Quería aventarle algo, azotar su cabeza contra el suelo, quería golpearlo, la sangre me hervía de coraje, pero tampoco deseaba decirle algo de lo que me pudiera arrepentir, camine hacia la puerta.

-¡Eres un idiota Sasuke! - dije abriéndola pero la puerta se cerró con fuerza, voltee y me encontré con la cara de Sasuke, estaba furioso sus ojos incluso se veían en una tonalidad roja.

Sus manos me cargaron y patalee en el aire tratando de pegarle para que me soltara. Un pequeño chasquido de boca salió de él cuando le acerté un golpe, pero sus brazos no me soltaron hasta que llegamos a la cama.

Me dejo caer en esta y yo retrocedí, Sasuke me miraba furioso pero yo estaba igual.

-¡Me dices que tenemos que hablar pero solo me gritas y dices cosas sin sentido! - dije sin darle la oportunidad de hablar- ¡¿Qué es esa tontería de que quiero matar al bebé?! ¡Sasuke eres un idiota, y uno tremendo! ¡Yo quiero a mi bebe!- mi voz se apagó ante mis palabras, era mi bebé, ¡realmente es mi bebé! nunca podría hacerle daño-.

El experimentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora