Paseo

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Un golpe en la puerta hizo que abriera los ojos, me encontraba confundido.

-¿Naruto? - escuche con preocupación.

-Ya salgo - dije parándome de la ducha para envolverme con una enorme toalla.

Abrí la puerta del baño y me encontré con Sasuke, parecía preocupado.

-Pensé que te habías desmayado o algo, te hable pero no me contestabas ¿estás bien?

-Me quede dormido... Siento haberte preocupado. - dije sentándome en la cama una vez que le di alcance.

- No, es normal, tu cuerpo sigue recuperándose, solo para la otra no pongas el seguro...

Le vi inclinarse hacia mí con unas vendas, baje la toalla para que el tuviera acceso a mi torso y le sentí pasar sus manos alrededor de este tratando de acomodar la venda.

-Me gustaría hacerte unos rayos x, solo para asegurarme de que están soldando bien. Posiblemente cuando regresemos a la ciudad.

Asentí sin prestar mucha atención a lo que él decía.

Una vez que termino y salió de la habitación me puse la ropa que me había dejado, me quedaba un poco grande. Las mangas salían por mucho de mi brazo y el pantalón no se quedaba atrás, no le di importancia a esas cosas y camine en dirección a las escaleras, las baje lento y cuando llegue a la planta baja me sorprendí, toda la casa era de vidrio, haciendo que cualquier parte del bosque se viera en su totalidad, había una chimenea de piedra frente a unos sofás, y la cocina frente a estos, estaba él recibidor y dos puertas más en una esquina, gire y vi una pantalla enorme

¿Tendría cámaras?

El simple hecho de pensar en eso hizo que la piel se me erizara, retrocedí y busque, en una esquina había un piano blanco abandonado, camine en su dirección, levante la tapa y apreté una tecla, el sonido salió dulce y armonioso y mi cuerpo vibro.

-¿Tocas? -escuche a mi espalda y voltee.- Era de los antiguos propietarios, lo mande a arreglar el otoño pasado. Por desgracia a mí no me van esos instrumentos.

Regresé mi vista al piano y presione la misma tecla, seguida de otra y otra más y pare.

-Solía hacerlo...-Dije y un nudo se instaló en mi garganta, cerré la tapa con delicadeza y respire tratando de ahuyentar el recuerdo lejos de mí.

- Cuando te retire el yeso, sería buena terapia para volver a tomar fuerza en tu brazo.

Suspiré y asentí, mi corazón brinco ¿cuánto tiempo había pasado desde la última vez que había tocado uno? 10, 12 años.

-Es una casa bastante agradable - dije.

-Lo es, en cuanto la vi dije que tenía que ser mía. Ven, la cena está casi lista puedes sentarte frente a la sala con el televisor o ir a donde quieras, solo procura no excederte. Tu cuerpo necesita más descanso que trabajo.

Me senté en uno de los sillones y me dediqué a observar cómo Sasuke prendía el fuego de la chimenea, una vez que lo logró se paró y camino en dirección a la cocina.

-¿Te molesta que deje entrar a Kyubi ? Está a punto de llover y en las noches hace demasiado frío.

-Está bien- dije un poco extrañado, era su casa ¿Por qué pedía mi opinión?

Escuche la puerta abrirse y el ligero silbido de Sasuke, y en cuestión de segundos un gran perro estaba sentado frente a mí viéndome fijamente, retrocedí un poco y vi a Sasuke observarme. El perro me ladro y gruño y después acercó su hocicó a uno de mis pies. Estire la mano buena en su dirección y toque su cabeza rascando atrás de las orejas, cuando baje la mano Kyubi se retiró para echarse frente a la chimenea.

El experimentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora