One

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April siempre fue una niña solitaria.
No tenia particularidad. Era solo un pez mas en el cardumen.

Sus compañeros de clase ni si quiera la tomaban en cuenta.

Era mas como. Un cero al izquierda. Ni más.  Ni menos.

En el último año de primaria. Comenzaron los malos ratos. Había hecho buenas amistades.
Pocas. Pero al fin y a cabo. Buenas.

Pero con aquellas amistades.
Llegaron los enemigos...

Enemigos que sabian muy bien sobre  la belleza que exponía la pequeña.

De la cual nunca dejaron que ella se enterara.

Su cuerpo cambió y los pequeños sujetadores, se convirtieron en brassieres grandes para una jovencita de 13 años apenas.

Sus compañeras sintieron el peso de esto.

Los chicos de su salón nunca la miraron por ser alguien simple e invisible. Pero ante aquel inminente cambio, no pudieron hacer nada para no, notar su precencia.

April lo odió.

Ella jamás deseó la atención de aberrantes miradas pervertidas. Ni tampoco las apuestas en relación  a ¿quién podía tocarle un seno y sentir que tan grande era?. Tampoco queria el repudio de sus compañeras de su misma edad que aún no desenvolvian sus pequeños cuerpos de adolescentes.

Ella no lo pidió.

Pero es que, era natural. Era natural el revuelo. Por que April poco a poco se convertía en una reyna y ella ni siquiera lo sabía.

Para cuando fue aquel día en el que todos se despedían. El traje de baño que su mamá le compró con meses de anticipación.  Le quedaba muy mal.

Pero que muy mal según sus criterios.

La falda se le amoldaba con parsimonia a sus ya pronunciadas caderas. Y su senos no lograban ocultarse en aquel pedazo de tela alicrada

Se sentía sucia. Mal. Ansiosa.

No quería salir así. 

No quería a Malena cerca de ella repitiendole lo mal que se veía.  O cuánto llamaba la atención. 

Lo odiaba.

Odiaba ese cuerpo. Odiaba haber desarrollado estrógenos de más.

Odiaba ser ella.

Aquel día Jace no lo soportó.
Y la tocó.

Por que para Jace no había chica que no se dejase tocar por sus manos. Y April no sería la primera. Con tan solo 14 años, ya llevaba en su mente la ideología de un acosador en un futuro cercano y se abrazaba a ello.

April lo aborreció. Sus lágrimas en aquel dia pasaron de un desprecio propio y tristeza.

A aquella primera sed de sangre y rabia que le carcomia su pequeña alma pura. 

Quería verlo sufrir.

Queria que algo malo le ocurriera.

Lo deseaba.

Se rió estúpidamente de ella misma. Era patética se dijo.

No obtienes nada con solo desearlo.

Y la culpa le invadió,  por que en verdad.
Quería que Jace muriera y no se sentía mal por ello.

Aquel día. Jace vivió pese a las ideologías de April.

Pero no lo hizo una semana después,  cuando navegaba con sus padres en el yate de su tío.  Y su cuerpo se precipitó al mar, debajo de los tiburones que alimentaban...

r.r

April.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora