Six

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                           🌺

Aquellas semanas de Enero y las primeras dos de febrero.

April dejó pasar muchas cosas sin que la perturbaron por las noches.

Y ese motivo tenía nombre.

Donatello Aranjo.

Aquel rubio de el café en donde April hacia cada proyecto.

Y perdía el tiempo en cuánto terminaba charlando con el muchacho de dieciséis años.

Aquellas semanas había ignorado todo regaño e insulto de Uriel por no poner suficiente atención a las tareas que le asignaba.

Y es que April  siempre fue una chica distraída.

<<<pensando y recordando cada día aquellas pesadillas y sueños bizarros>>>

Negándose a creer que estaba loca.

Y aunque lo intentaba. De veraz intentaba poner atención a cada tarea que Uriel le daba, y las exigencias que le demandaba en cada una.
Ella simplemente no podía acatarlas todas.

Siempre terminaba olvidando una. Solo una.

Y Uriel siempre terminaba mirándola con desprecio. Dedicándole aquel semblante frío y dominante. Pronunciando siempre la misma frase...

--- no sirves para nada. Tonta ---

    🌺        

Pero aquellas semanas. Oh esas bonitas semanas en donde April tenia la ilusión del enamoramiento en el alma. No le importaba.

Ya no.

Ahora tenía otro mundo para fantasear.
Un mundo nuevo con el qué mirar a la nada y suspirar dándole paso a su imaginación.

Una en donde se casaba con el rubio y tenian una linda cabaña en el bosque, con flores y muchos perros...

Oh Donatello y aquellos ojos ámbar. 

Al igual que los insultos y reprimiendas de su  padre, también ignoraba los problemas que tenían sus amigos en esos días. Y el hecho de que, los cinco chicos que estaban alejándose se habían marchado de manera definitiva.

Ahora tenían un nuevo grupo.  Uno en donde comenzaban a esparcir chismes.

Calumnias sobre ella...

Ni si quiera se tomaba un momento para prestarle atención a su mejor amiga Sarah, a quien le estaba afectando demasiado el divorcio de sus padres. 

Y es que April siempre procuraba ser una buena amiga. Una la cual escuchara. Prestara sus oídos, y sus brazos para el consuelo de los demás.
Aunque ellos no tuvieran ni la más mínima idea de cuán dañada se encontraba  por las pesadillas en las que los asesinaba a todos la atormentaban. A ella eso no le importaba. April siempre veía por los demás pero jamás por  ella.

Siempre.... excepto aquellos días.

Sarah también era una buena amiga. Y comprendía a April y todo lo que le contaba de vez en cuando --- aquellos días de antaño en los que lloraba siempre que salía al baño y Sarah podía mirar la tristeza de su alma como una pegatina flourecente en su bonito rostro. Le tomaba tiempo. Pero al final, no sabe Sarah si... por el peso de la desesperación o por confianza  terminaba contándole cosas , que ella no entendía, pero se esforzaba todo lo que podía---- como su pequeño retraso mental se lo permitía.

Pero ella también necesitaba ayuda.
También necesitaba un abrazo... un consuelo.

Y April no se lo daría.

No como antes. Ni si quiera la miraba.

--- April... ¿me escuchaste? --- tanteo en un susurro lastimero--- ¿crees que sea buena... idea? --- musito apenas audible la rubia bajita ---

--- si , ¿por que no? --- pero solo fueron palabras huecas, carentes de sentido. Ella ni si quiera sabía a qué se refería ---

--- .... si --- reafirmó mirando a la nada... ---

Y Fue todo lo que dijo. Tomó sus cosas y se levantó con lágrimas en rostro...

Si tan solo hubiera puesto un poco. Solo un poco de atención a sus palabras. O si quiera preguntado a qué se refería.  Solo quizá.

Sarah no se hubiera sumado a sus tormentos.

Pero ella solo podía llenarse los pulmones con suspiros por Donatello. Por sus sonrisas. Por  sus chistes tontos y carentes de sentido solo para ella. Por la manera en la que le hacía olvidar sus pesadillas...

April estaba enamorada.

Y el amor. Te vuelve un monstruo.
Uno muy egoísta y perturbado...


r.r

April.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora