Miedo

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—¡¿Quienes son?! —

Argus tomó su báculo y se paró de inmediato.

—Parecen ser demaxianos, señor. —Dijo el hombre. —¡Están atacando la fortaleza! ¡Quieren destruirla! —

—No podrán. —Espetó. —El Ora que rodea el templo nos protegerá como la última vez. —

Zed y Kayn se miraron con seriedad.

—Demaxianos, ¿Cómo es que llegaron tan rápido? — Preguntó Kayn. —Ninguna nave es tan veloz, ni siquiera les dimos tiempo para procesar. —

Zed apretó los dientes.

Los tres hombres corrieron hacia la entrada, topándose de frente con los consecutivos ataques. Zed se vió obligado a cubrirse de nuevo con su armadura. Eran cuatro naves pequeñas, las cuales Kayn no reconoció, mas si tenían la insignea del imperio.

—¿Qué demonios? Jamás las he visto. —Comentó el peliazul.

—Pero son del imperio... —

Zed las miró detenidamente. Amplió su foco de visión gracias a su propio casco espacial. Entonces fue cuando lo vió, al rededor de la nave había un aura morada oscura, y en la parte superior, habían unos pequeños restos de estrella oscura.

—Esa tecnología de nuevo... —Dijo frustrado.

—¿Zed? —

Los soldados estaban listos para atacar, mas todas sus armas eran hechas de Ora, al igual que sus poderes mágicos.

—Ellos... Usaron la teletransportación. —

—¡¿Qué?! —Dijo Kayn. —Imposible. Las máquinas que cumplen esa función no pueden recorrer tanta distancia, ¡Estamos en otra galaxia! —

—Tal vez con la tecnología que conoces. Pero... Te han estado ocultando, según veo, que han experimentado con restos de estrellas oscuras. —

—No puede ser... ¿En qué momento...?—

Kayn miró a su al rededor.

—No importa, esta es la fortaleza más resistente que he conocido. Le ganaron una vez al imperio, estoy seguro que lo pueden hacer otra vez. —

Zed negó con la cabeza.

—Todos bajen sus armas. —Dijo Zed.

Tanto los soldados, como el líder Argus y Kayn lo miraron desconcertados.

—Es inútil, no podemos hacer nada contra ellos. —Afirmó Zed.

—¡Mi señor, solo son cuatro naves! ¡Podemos contra ellas sin problema alguno! —Dijo Argus.

—No si tienen la energía de la estrella oscura. —Dijo. —No hay tiempo de explicar, tendré que hacerme responsable, ocultense dentro del templo. —

Todos dudaron en obedecer, mas luego Zed espetó fuertemente repitiendo su orden, obligándolos a evacuar el lugar.

—Confiamos en usted. —Dijo Argus retirándose.

Zed suspiró. Enseguida puso sus ojos en la nave de Kayn.

—Soraka sigue adentro, Kayn. Haz que salga y huye. Yo resolveré esto. —

Kayn frunció el ceño.

—¡¿Piensas que te dejaré solo otra vez?! ¡Somos un equipo! —

Zed miró a Kayn detenidamente.

—Es mi culpa. No dimensioné el nivel de poder que utilizaban en su tecnología. Jamás imaginé que usarían la teletransportación hasta ahora. Yo... Cometí un error. —

Odisea de dos [Zed x Kayn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora