Estrella oscura

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—¡Demonios! —

Kayn se paró en un segundo y ordenó su ropa. En un abrir y cerrar de ojos logró agruparlas en sus brazos, luego corrió hacia el baño de al lado y cerró la puerta despacio.

Zed entonces reaccionó, y volvió a invocar sus prendas sin problema. Todo había sido tan rápido, que apenas tenía tiempo para procesar lo acontecido.

Acababa de tener sexo con Kayn, Jhin se había vuelto a presentar y su "yo" de otra dimensión lo poseyó por unos minutos. Ahora mismo, una nueva amenaza se presentaba.

Comenzaba a sentirse estresado, no había ni un mínimo respiro para Kayn o para él.

Tomó aire y suspiró intentando liberar el profundo enojo que sentía. Luego escuchó un grito desde el primer piso.

—¿¡Quién estuvo aquí!? —

La aguda voz de una señora de mediana edad. Zed supuso que se trataba de la madre del fallecido Nakuri.

Enseguida escuchó un alarido, junto a un sollozo.

—¡¿Quién se atrevió a profanar el recuerdo de mi hijo?! —

—Ay no... —

Kayn salió del baño, mas la puerta al abrirse hizo el suficiente ruido para llamar la atención de la mujer.

—¿¡Sigues aquí, infeliz!? —

Los pasos apresurados no se hicieron esperar. Kayn entró nuevamente a la habitación de Nakuri y cerró la puerta.

—Agh, esto es malo. —Dijo Kayn. —La madre de Nakuri sabe defenderse. —

Zed lo miró desconcertado.

—¿Y crees que pueda contra nosotros dos? —

—No, pero va a ser un dolor de cabeza. —Dijo. —Ella nos enseñó a Nakuri y a mi sobre artes marciales. Se mueve muy rápido. —

—¡¿Dónde estás?! —

La voz de la mujer explotaba en furia, abriendo puerta tras puerta buscando al atrevido supuesto ladrón.

Cuando estuvo frente a la puerta de la habitación de su difunto hijo, rió, casi de forma sádica.

Kayn y Zed se miraron un segundo, realmente, aquella mujer había enloquecido. Probablemente tras perder a Nakuri se había visto muy afectada.

Abrió la puerta de una patada, encontrándose de frente con Kayn y Zed listos para contraatacar.

La mirada de la mujer se iluminó en asombro, perdió el habla por unos segundos. Al mismo tiempo, apasiguó su expresión de furia.

—¿Kaynee? ¿Eres tú...? —

—¿Kaynee? —Preguntó Zed.

La mujer entonces, dejó caer sus brazos como si estuvieran inertes, enseguida se acercó a Kayn con los ojos llorosos y lo abrazó.

—¡Estás con vida! —Dijo. —¡Qué alivio! —

Enseguida lloró en su hombro.

Kayn sin saber qué más hacer, le dio unas pequeñas palmadas en la espalda. Pensó que a estas alturas, la madre de Nakuri lo detestaba, pues seguramente los rumores sobre él habían llegado a sus oídos.

—Maestra, ha pasado tiempo. —Dijo Kayn.

—¡Muchísimo! —Dijo. —¿Cómo es que sobreviviste? Escuché que estabas desaparecido en el espacio. —

—Usted sabe lo ingenioso que soy ¿No? ¡No podría morir de una forma tan patética! —

Zed tosió.

Odisea de dos [Zed x Kayn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora