Prólogo

812 79 1
                                    

¿Es mejor ser feliz en una mentira o llorar una verdad?


Mirar el féretro era más de lo que sus fuerzas le permitían. Estaba destrozada y se sentía herida... traicionada. Ahora lo había perdido todo.

–Ya no tengo nada –susurró y se echó a llorar nuevamente sobre la madera lacada que cubría a la persona que más había amado en su vida.

–Me tienes a mí –una voz se escuchó detrás de ella.

Ni siquiera lo miró. No necesitaba observar la cara de semejante engaño. Todo había sido una gran mentira.

–No tengo nada –repitió con todo el desprecio que sentía destilando en su voz y deslizó una gélida mirada sobre el hombre que inmediatamente cerró la boca.

–Quisiera entender que sucedió contigo –él trató de sonreír, a pesar de su tristeza.

–Y yo quisiera no verte nunca más –lo miró con odio–; ya ves, no podemos obtener lo que deseamos.

Escuchó que él se marchaba y suspiró hondo. No entendía cómo había podido amarlo alguna vez. Y eso se sentía tan lejano ya.

–¿Por qué tuvo que pasarnos esto? –Lágrimas se deslizaron por su rostro una vez más–. Sola... –musitó con un nudo en la garganta.

Cuando amas a alguienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora