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No le encuentro razón
a la manía
de levantar este saco de polvo
y dejar la vida pegada al colchón.

Tener que presenciar
la injusticia vestida de justicia
que no hace más que ocultar todo
y ponerlo a su favor.

Levantarme con ansías de regresar
y recuperar lo que dejé
tirado en mi alcoba.

Recorrer calles lúgubres
rodeada de mentes vagas,
errantes y llenas de colores neutros.

Accedí a firmar el contrato
que me entregó ese señor
sin saber
que pasaría la eternidad
observando el sufrimiento
desde la perspectiva de los mil demonios
viendo a diario la maldad
que ya estaba escrita en el libro
de la maldición.

También leí que vendrán cosas peores,
y que nosotros
terminaremos hundidos en una masa destrucción.

Pero tengo la esperanza
de que quién esté detrás de mí
para firmar ese contrato
por la inmortalidad,
se lo piense dos veces
porque se que no sólo te mata el tiempo, también te mata el instrumento
segador de vidas
que tiene una calavera roja
justo en el centro.









Me convertí en una nube grisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora