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El jardín florece poco a poco,
envuelvo los tulipanes
en redes de cánticos dulces.

Las amapolas son más exigentes,
quieren que les recite poemas de amor.
Les gusta el romanticismo,
la ilusión del primer amor,
ellas hacen dormir
a mi bombeante corazón.

A los girasoles,
les da alegría la luz del sol
y se voltean admirando
su constante sonrisa todas las mañanas.

Las rosas,
por otra parte son más tristes
y lloran a la luna reprochando sus espinas.

¡Oh , las dulces violetas!

Ellas les dan melodía a mis noches
y tranquilidad a mis mañanas.

También están los narcisos...

Hay que ser cuidadoso
y no mezclarlos con las demás flores porque pueden acelerar su muerte.

Se que se siente solo
y por eso los acompaño en las madrugadas, aceleran mis tristezas,
mis recuerdos,
mis lágrimas.

Los narcisos,
son el símbolo del amor no correspondido, ese que tengo clavado
en lo más profundo de mi pecho.

Y por último el árbol de cerezos,
en lo que a mi respecta es el más bonito de todos.
Simboliza que la primavera ha llegado,
la fragilidad
y los cambios repentinos.

Siempre se puede volver a florecer.

Y eso,
hay que recordarlo toda la vida.

No todos florecen
en la misma época del año,
pero, yo espero ansiosa
poder ver el espectáculo
y dibujar cada pétalo de flor
en mis cuadros.

Extra

Las flores traen aprendizajes
al igual que las personas
las personas me hacen querer llorar,
me hacen sentir como si no fuera parte de ese mundo.

Las flores secan mis lágrimas,
me hacen sentir tranquila
y gracias a los narcisos,
también me siento acompañada.

Me siento libre,
y es lo que importa.

Me convertí en una nube grisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora