Tiempo De Reflexión

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Meira ha pasado el día entero pensando en lo ocurrido. Sin ánimos de nada siente que le duele el corazón, se encuentra asfixiada en su propia melancolía.


«No puedo llegar así a casa».

«Recapacita un poco Meira, esto ha sido una locura. Lo has vivido. Ha acabado. Alégrate y regresa a casa donde te espera tu verdadero hogar» – intenta tranquilizarse.

Llora un largo rato sin descanso hasta sentir que ahonda en un abismo del cual necesita escapar.

Respira profundo una y otra vez intentando calmarse.

—¡He vivido! –se habla. —Este sueño ha sido de los mejores. Lo he tenido, ha sido mio pero sé que no funcionaría en la realidad... tengo que aceptarlo y aún así alegrarme de haberlo tenido.

Regresa en sí lentamente y comienza a recoger sus cosas y a empacar porque parte en la mañana del día siguiente. Se anima a salir un vez para ir de compras y conseguir algunos regalos para su familia. Pasa una vez por el Edén de los Flamencos y recuerda con nostalgia la primera vez que vio a Martin, allí al otro lado de la pequeña laguna, en cuclillas y observándola con detenimiento. Una lágrima resbala sin prisa por su mejilla. Meira sonríe.

—Hasta pronto –les dice en un susurro imperceptible.

Meira cae en un profundo sueño durante la noche. Al amanecer se se sienta en la cama y no sabe si todo lo que le ha pasado ha sido simplemente un sueño. Va al cuarto de baño algo aturdida y se mira al espejo y observa sobre su cuello el hermoso collar de perlas. Se muerde el labio inferior y le lanza un beso a su imagen.

Meira está contenta. Abre la ventana de su habitación para sentir el viento cálido en su rostro. Respira profundo y observa un largo rato el paisaje Caribeño que le inmunda la retina. Quiere grabarlo así, perfecto, único.

—Te llevo en mi corazón mi Caribe amado. Pero es tiempo de regresar a casa –habla al viento en el umbral de la ventana.

Ya lista para salir en la puerta de su habitación. Hace una pausa consciente en la puerta para dar un ultimo vistazo al lugar. Pensativa, da la media vuelta. Hurga en su cartera hasta encontrar una pluma roja. Ubica el cuadro de su cuarto donde posa una mujer extrayendo unas perlas de una ostra. Lo descuelga y escribe por detrás un e-mail cifrado.

«Con amor, la mujer de los flamencos».

Sale de la habitación airosa, altiva y segura sintiendo una liberación palpitante.

Esa tarde, Meira toma el vuelo de vuelta a su realidad, contenta, agradecida de poder volver a su hogar y estar con su familia.

5 Días a tu Lado (BORRADOR) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora