•¿Valiente?

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—una última vez—  

Me preparo para salir del trabajo, hoy me toca a mí cerrar el restaurante, así que soy la última en irme a casa.

Camino por las calles oscuras y un poco despejadas, antes de doblar en una esquina, escucho un claxon sonar, lo ignoro, pero lo siguen tocando una, dos, tres veces, hasta que decido volterme y ver a quién le pitan tanto y no hace caso. Mi pulso se acelera y mi corazón se descontrola, lo veo bajándose del auto, era a mi quien me llamaban, doy pasos cortos y despacio, en cambio él, da zancadas largas y apresuradas, está vestido con unos vaqueros desgastados, una chaqueta de cuero café y una camiseta blanca, y unos converse azules, se ve extremadamente guapo, sus ojos verdes son los que más sobresalen de todo el conjunto, sus pocas pecas esparcidas por todo su rostro, y su cabello despeinado por el viento, es la mejor vista, que nunca había tenido, antes de que él llegue, doy un suspiro de enamorada.

-Hola. —Saluda casual, como si nada, como si mi corazón no estuviera a punto de explotar, como si mi pulso no estaría llendo a mil por minuto, como si las mariposas no estuvieran hechas unas locas, él no sabe lo que provoca en mi interior, por tan sólo verlo.

-Hola. —Saludo al fin.

-¿Quieres caminar?. —Asiento y empezamos a  caminar.

(...)

Llevamos más de media hora caminando, y ninguno ha dicho nada, a pesar de que se siente cómodo este silencio que nos rodea, me gusta más escucharlo hablar, pero decido ser yo, quien tome la batuta y hablé.

-¿Tu que has hecho estos dos meses?.

-Bueno, ya estoy libre de la Universidad, al menos por cinco semanas, pero he estado ocupado por los negocios de papá, quiere que ya empieza a sentirme familiarizado con todo de los negocios y las empresas.

-Pero aún te falta terminar la universidad, ¿no?.

-No, sólo me falta un año, me han subido de grados por mi extremada inteligencia, como dice mi padre.

-Oh, que bien, dentro de poco serás todo un profesional, con título y maestría.

-Si, yeh.

-Que ánimos.

-Bueno, no es lo que quiero, estudié eso porque si, me gustan los números, los negocios, las empresas, pero aún me falta hacer algunas cosas.

-¿Y que quieres hacer? En serio ¿que te gustaria hacer después de la Universidad?.

-Bueno, quiero tener un año sabático, viajar por todo el mundo, conocer lugares extraños, hacer lo que me gusta después de los números.

-Entonces hazlo.

-No están fácil Aide.

-¿No? Tienes dinero Sean, y lo digo en buen plan, puedes venir e ir a donde tú quieras, lo que digan tus padres, lo que digan los demás, que no sea un impedimento para hacer lo que te gusta, ya eres mayor de edad y es tu hora de tomar tus propias decisiones, poder cometer errores y aprender de ellos, no dejes que tu padre mande tu vida, no en lo personal al menos.

-Tal vez tengas razón ¿y tu?.

-¿Yo qué?.

-¿Qué te gusta? ¿Qué te gustaría hacer?. —Buena pregunta, ahora que lo pienso, realmente no se que quiero.

-No se.

-Vamos, debe haber algo que te gustaría hacer, que te falta hacer.

-En serio, he estado tan ocupada en preocuparme por mis trabajos, por como ayudar a mi casa, que se me ha olvidado que se siente tener un tiempo libre, un momento a solas conmigo.

Una ultima vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora