•Dolor

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—una última vez—

Al llegar a casa, voy directo a buscar unas gasas, alcohol y crema. Al pasarme el alcohol me contengo al no gritar, luego pasó un poco de crema por las zonas más afectadas, y por mi pecho, sólo espero que mañana no sé noten tanto, sino ya veo como mi mamá y mis hermanos me estarán interrogando.


(...)

Al despertar, lo primero que hago es ir al espejo, y milagrosamente no se nota tanto lo quemado. Lo único que siento es la piel estirada y un poco dura, de ahí ya no hay tanto dolor y ardor, no se que tenía esa pomada pero si que es muy efectiva.


(...)


Han pasado dos semanas desde el accidente entre Maia, Jorge y Zamara. Ya mi cara está sanada. Maia, ya no se acercado a mi, me ignora y de vez en cuando me molesta junto con Zamara.

(...)

Estoy en el restaurante, hoy es día sábado y salgo un poco más tarde, pero no importa por que me pagan un poco más, ya por la tarde noche, un grupo de jóvenes entra al restaurante, se sientan en una mesa serca de la ventana, y esa me toca atender a mi, mientras me acerco puedo a ver ha esa tal Melania, la que conocí el día de mi cita con Sean, al pensar en él, una sonrisa de enamorada se posa en mis labios, y se ancha a un más, al verlo sentado en la mesa donde iré atender, de pronto me pongo nerviosa, y mis manos sudan, mis piernas empiezan a temblar; después de casi tres semanas sin verlo, mi corazón se vuelve a celerar, mi pulso esta a niveles insuperables, pero lo disimulo al llegar a su mesa.

-Buenas noches, que desean ordenar. —Alza su vista al escucharme;al igual que Melania. Nuestros ojos se ven después de mucho tiempo, al verlo le doy una pequeña sonrisa, pero el me ignora y vuelve su vista al frente, donde está Melania, frunzo el ceño, eso fue raro, él nunca se había comportado asi, no conmigo, al menos.

-¿Ya tienen su orden?. —Vuelvo a preguntar.

-Queremos una pizza de piña y una de jamón y seis coca colas frías.

-Bien, enseguida está su orden. —Antes de irme, tengo la esperanza que me vea; así que lo vuelvo a ver, pero él está hablando muy entretenida mente con Melania.

Al regresar ya llevo sus dos pizza de jamón y piña, y como ha estado haciendo desde que vino, sólo me ignora. Mentiria si dijera que no me duele su actitud, mentiria si dijera que no estoy confundida, porque si lo estoy, si me duele. Pero me distraigo atendiendo las demás mesas, limpiando un poco, pero siempre termino viendo hacia su mesa, poder entretenerme con su lindo rostro, pienso en la cita que tuvimos y se siente que pasó hace meses, y sólo fue hace tres semanas.

Ya para acabar les llevó la cuenta de todo.

-¿Necesitan algo más?.

-Si, sólo una cosa. —Dice un chico un poco más grande que yo, tal vez de unos veinte o veintiuno.

-Si.

-Necesito tu nombre, ¿como te llamas?. —Me sonríe con coquetería, pero más que ofenderme, me divierte, más en la forma en como lo dijo.

-Bueno, eso se lo doy gratis, me llamó...

Una ultima vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora