—una última vez—
Al levantarme, siento unas punzadas en mi cabeza, ya que me acosté como a las tres. Hoy será un nuevo día, nuevas oportunidades, nuevos recuerdos, no me sirve de nada mi positivismo, ya que no me levanta el ánimo, pero así, con mis ánimos por los suelos, con mil batallas, sigo seguir adelante.
Llegó al trabajo y por milagro, no veo en ningún lado a Jorge, eso me tranquiliza, pero también me pone nerviosa, ayer pensé algo muy terrorífico, que hasta me tuve miedo yo misma, pero esto es una señal del cielo, de que no tengo que hacer, lo que pensé hace unas horas.
El nerviosismo no desaparece, e intentado distraerme con mi trabajo pero, mi mente sigue pensando en lo anoche, o hace horas, eso no importa. Suena la campana de la hora de descanso. Me voy a mi lugar habitual, queriendo despejar los pensamientos “terroríficos”; como yo los nombre. Saco mi teléfono al sentrilo vibrar, tengo una llamada, veo el número es de papá.
-¿Papá?.
-Hija ¿que tal?.
-Eh, bien ¿y tú?.
-Bien, no tengo mucho tiempo, sólo llamaba para decirte que necesitamos tu ayuda Aide, quería que si pudieras pedir tu sueldo ahora, sabes cómo se encuentra tu mamá y hermanos, a mi me pagan dentro de una semana y ahora no tengo dinero para enviar. —Escuchar sus palabras me dejan sin habla ¿como les digo, que tal vez este mes no me den de mi sueldo? No tendría que tener corazón para hacerles eso.
-Papá yo...
-Por favor Aide. —Me rompe escuchar su voz, débil y quebradiza, el como me suplica, no puedo seguir haciendo esto, así que decido mentirle por su bien.
-Esta bien, hablaré con mi jefes.
-Gracias Aide. —Al cortar la llamada, la idea de pedirle a él eso, me provoca náuseas, no quiero hacerlo. A los quince minutos me entra otra llamada, está ves, es de Christine.
-Hola.
-Hola Aide.
-¿Que pasó?. —Voy al punto, quiero terminar esto lo más rápido que pueda.
-Queria pedirte un favor, será que puedes pedir la mitad de tu sueldo, se como es tu jefe, pero sabes cómo está mamá, y la abuela, hazlo por ellas. —Esto es doloroso, es insoportable, es un infierno, mi garganta arde al retener el llanto, asiento, pero me doy cuenta que ella no me puede ver.
-Es-esta bien, hablaré con uno de mis jefes.
-Gracias. —Al colgar, otra vez el pensamiento terrorífico, esto tiene que ser una señal, no puede ser casualidad que dos personas me pidan lo mismo, con miedo me levanto y camino a la oficina de Jorge.
Estar frente a la puerta respiro hondo y lo pienso unas mil veces, se lo que estoy a punto de hacer, entraré a la boca del lobo, y se que sera difícil salir de allí, pero lo hago por ellos; y es que tenía razón mi familia es mi debilidad.
Mis manos están temblorosas, que no las puedo controlar, alzó mi mano y toco con mi puño, escucho su permiso al entrar y sin previo aviso, mi corazón martilla en mi pecho, mi pulso sube a niveles insuperables, trago saliva y entró.
-¿Aide?. —Se ve asombrado de verme en su oficina por voluntad propia, si tan solo supiera, que es lo que le vengo a pedir.
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Una ultima vez
Teen FictionUna historia sin un final feliz. Una historia triste, una chica pobre, sueña con un príncipe azul, pero lo único que obtendrá es el lado malo del cuanto de hadas, una bruja malvada; sera una amiga del trabajo, un hechicero codicioso; será su jefe, e...