Un Harem para Serena

Capítulo 2

Hola, hola a todas aquellas, hermosas señoritas, que estén por aquí leyendo, de antemano quisiera decirles, ¡muchas gracias! :D Muchas gracias por apoyar una más de mis locuras y lo que siempre les digo, mi única gratificación es que les guste, que pasen un buen rato. No voy a extenderme porque la idea es que lean el capitulo pero les anuncio, tiene lemon y este es, hmmm, algo así como medio fuerte? Pues no sé pero yo creo que un poco sí, en fin.... ;) jejeje. Un abrazo y espero les guste :)

No puedo dejar de pensar en él, Darien... Oh, hace tanto tiempo que no me sentía así, tan nerviosa, tan ansiosa... He pasado unos días increíbles junto a mi buen niño, Diamante, pero estoy loca por regresar a México y ver a Darien, por escuchar su respuesta.

Fue buena idea traer a Diamante conmigo a Detroit y no a Seiya, para este viaje era lo mejor. Necesitaba estar concentrada, bien enfocada, y para eso no hay nadie mejor que Diamante, él me da esa estabilidad que Zafiro me daba cuando más la necesitaba, él me hace poner los pies en la tierra. Dios sabe cuánto amaba a mi esposo, y la falta que me ha hecho, (y aun me hace), pero yo no podía morirme con él, yo tenía que seguir viviendo. Sé que, incluso entre mis amigas más cercanas, que son Mina y Lita, es mal visto que tenga una "relación" con el quien era sobrino de mi difunto esposo, pero, me vale. Diamante Black es un chico como ningún otro, único... Oh, mi Diamante... Como disfruto de sus palabras, me encanta la forma en la que me trata y me habla...

—¿En qué tanto piensa, mi señora?

—En nada, en nada, Diamante.

—¿Está segura? Se ríe usted con tanta dulzura que, vaya, se me hace imposible no mirarla... No desearla...

Anoche y mientras recordaba los serios pero muy dulces ojos de Darien, mi futura nueva conquista, fui presa de las sonrisas y las tiernas miradas de Diamante, de uno de mis amantes...Oh, nadie sabe lo que disfruto de estar entre sus varoniles y fuertes brazos, lo que me gusta su compañía y sus pequeñas manías.... Diamante es un hermoso chico de veintinueve años que me alegra la vida.

Entregada a sus besos y a las tiernas palabras que me decía al oído, mientras se alistaba para hacerme eso que me hizo durante toda esta semana, para hacerme el amor como solo él sabe hacerlo, pensaba. Mientras arqueaba mi cuerpo sobre la cama y me excitaba de sobre manera gracias a sus halagos y sus caricias, meditaba sobre si sería buena idea o no reemplazarlo, cambiar a mi consentidor Diamante por Darien. Pero luego, y pensándolo mejor, llegué a la conclusión de que no tengo necesidad de reemplazarlo porque después de todo, no quiero a Darien conmigo para que me haga eso que Diamante, al igual que Seiya, hacen tan bien... No quiero tener a Darien como mi amante, no. Lo quiero, lo necesito como algo más....

—Mi bella, mi bellísima e irresistible señora Serena...

—Oh, Diamante, cariño... —suspiraba de gusto, gemía con placer, al sentir sus caricias en mis senos y sus labios en mi cuello. Me estremecía de sobre manera su aliento tan cerca de mi oído y las dulces palabras que depositaba en él... —Cariño, oh, sí...

—La amo, mi señora, la amo con cada parte de mi ser, con toda mi alma...

Nunca he querido creerle a Diamante que me ama, pero, empiezo a creer que es cierto. La forma en la que me habla, en la que me mira, en la que me besa, la forma que tiene de hacerme el amor, me lo demuestra.

Siempre pensé que lo de él no era más que una obsesión, una que sería pasajera, pero no, aquí está conmigo, a mi lado, después de cuatro años y luego de haber cancelado su compromiso con Esmeralda.

Diamante Black, sobrino de mi difunto esposo, Zafiro Black, dejó a su novia de prácticamente toda su vida por mí, la dejó cuando en una de nuestras muchas conversaciones de negocios, puesto que era y sigue siendo uno de los abogados más importantes de la compañía, le dije que sí, que él no me desagradaba del todo, para nada... Dejó toda una vida atrás porque le dije que no me era indiferente...