La Princesa del Capitán.

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Recargado sobre el tronco, el elfo contemplaba desde el talan la larga noche que se extendía por todo Lothlórien y más allá de la frontera hacia toda Tierra Media

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Recargado sobre el tronco, el elfo contemplaba desde el talan la larga noche que se extendía por todo Lothlórien y más allá de la frontera hacia toda Tierra Media. Las estrellas titilaban su brillo en el firmamento, el viento corría libremente y el canto de los grillos rompía el silencio. Un leve suspiro se escapó de los labios del galadhrim, cerró los ojos por un momento, intentando hacer que su mente se relajara, pero el sonido de unas ligeras pisadas llamó su atención, reconocía el repiquetear de esos zapatos.

-Hermoso paisaje-dijo la recién llegada.

-Lo ha sido hasta esta noche-respondió Haldir.

Se dio la vuelta y sus ojos se encontraron con esos hermosos iris azules como el cielo, los rojos labios por naturaleza y los cabellos de sol, que onduladamente caían sobre la espalda de la elfo.

-Siento que el amanecer se acerca muy deprisa-caminó hasta estar a su altura y con la vista fija en el horizonte.

-Tienes razón, al parecer Arien nos odia-Haldir pasó su brazo por los hombros de la joven-por eso, hay que aprovechar cada segundo que Tilion nos brinde.

-Estoy de acuerdo-volteó a verlo-mañana es el gran día.

-Así es-el capitán pasó un pulgar por su mejilla sintiendo su suave piel-mañana, ambos nos iremos de aquí.

Inadvertidamente, la elfo rodeo a Haldir con ambos brazos, escondiendo el rostro en su pecho, las lágrimas descendieron de su rostro mojando el saco del galadhrim.

-Estoy muy asustada-sollozó-no quiero que el día de mañana llegue, si pudiera detendría el tiempo ahora mismo.

-Zaphiro-Haldir la tomó de los hombros y con delicadeza la separó de él, con su mano levantó su mentón para volver a verla-todo estará bien, ambos estaremos bien. Aún después de mañana, siempre estaré a tu lado cada vez que lo necesites.

-¿Lo prometes?

-Te lo juro.

Lentamente acercó su rostro a ella y besó su frente, sus labios bajaron a sus ojos para depositar besos en ellos, impregnandolos del sabor salado de sus lágrimas. Las manos de Zaphiro se aferraron a los antebrazos del galadhrim. Besó cada parte de su rostro, sintiendo la piel de ella, escuchando como su respiración se agitaba a cada segundo; rodeó su cintura con ambas manos, la empujó lentamente, aprisionandola contra el tronco del mallorn.

Entonces besó sus labios, del color de la manzana, pero con un sabor a cereza exquisito, disfrutó cada centímetro de su boca, cada parte de su cuerpo pegado a él. En ambos amantes el corazón latía con fuerza provocando una calidez que los inundaba, haciendo que sintieran calor en esa fresca noche, la pasión los rodeó al mismo tiempo que las elanor se abrían para adornar con su lindo color dorado la imagen de los elfos besandose. Cuando sus labios se separaron, ambos estaban jadeantes, se sentaron sobre el suelo del talan y se abrazaron, contemplaron la ultima noche que verían en Lothlórien, durante todo ese tiempo, se besaron y miraron memorizando cada parte de sus rostros para nunca olvidarse.

Besos en los Árboles [One-shot] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora