Capítulo IV: Otras intenciones

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Sábado 12 de Enero:

-Layna: Levántate pendeja, que ya es tarde -ordena ella mientras arregla su cabello-.

-Selene: ...Aún no -dice entre sueño-.

-Layna: ¿Cómo que aún no?, no pienso esperarte tanto tiempo, además ya viene Martie en Camino -dice cruzándose de brazos-.

-Selene: ¡Oohh cierto que hoy vamos a casa! -se levanta de golpe- Maldición, ¡ya estás lista! -dice abriendo sus ojos como plato al ver a su hermana-.

-Layna: Claro que sí, muévete -ordena poniéndose seria y Selene se levanta enseguida para arreglarse-.

Al salir del Internado, Martie las recibe con un amable saludo, y da marcha al auto en dirección hacía la nueva casa de las hermanas pero de camino a ésta las chicas pasan por una plaza que les llama la atención...

-Oooohhh -dicen ambas chicas al pasar por la plaza muy encantadora y llena de nieve-.

-Layna: Martie, ¿puedes llamar a nuestros padres, decirles que llegaremos un poco tarde y que nos detuvimos un rato en una plaza? -pregunta ella viendo al chofer y este enseguida cumple con la orden, y aparca el carro a un lado de la plaza-.

Las chicas estaban hipnotizadas por la maravilla que era aquel lugar, tenía un espacio abierto super enorme y con una fuente en el centro, alrededor de esta habían al menos unas 30 tiendas de diferentes cosas, entre ellas restaurantes, almacenes de ropa y hasta una tienda de animales.

-Selene: Oh mira hacen crepes con mucho chocolate -comenta al visualizar un pequeño y elegante, puesto de comida que estaba al aire libre-.

-Layna: Pidamos unos para llevar -sugiere empezando a caminar en dirección al puesto. Al llegar al puesto un joven mesero las recibe, las guía para que tomen asiento y luego les entrega el menú-.

Tan indecisas al ver la gran cantidad de delicias que habían allí, deciden comprar dos para cada una...uno cada vez más grande y apetecible que el otro.

-Selene: Saquemos unas fotos allí -dice señalando a la fuente, mientras toma las cajetas de crepes que habian pedido-.

-Layna: Mmmm vale.

Sacaron al menos unas veinte fotos juntas y otras de la plaza sola. Luego continuaron su paseo por la plaza y al ver la tienda de animales, con un par de perritos en la vitrinas, deciden entrar a ver los animales, ya que les encantaban.

En lo que ya habían recorrido toda la tienda se detuvieron donde más querían...en el área de gatos.

Habían mucha variedad de gatos, unos estaban dormidos, mientras que otros se acercaban a las chicas y empezan a maullar para que las chicas les sobaran la espalda...o les dieran de comer.

-Selene: Estoy muriendo son demasiado tiernos -dice ella mientras se baja al piso y empieza a sobar un gatito-.

-Layna: ...Siento que alguien nos observa...-dice sigilosamente-.

-Selene: Yo también...-surrura poniéndose de pies nuevamente- ¿será el encargado de la tienda?-pregunta ella curiosa, viendo que no había nadie allí-.

-Layna: No lo sé, pero será mejor que salgamos...ya me estoy empezando a sentir extraña- contesta Layna en un susurro-.

Al salir de la tienda, las hermanas notaron que muchas personas se estaban acercando para rodear algo, curiosas también deciden acercarse y al ver que era lo que estaba causando tanto alboroto, ambas sientieron tristeza.

Era una joven pareja al parecer ¿lobos?, que estaban tratando de proteger a su pequeño hijo, todos los presentes gritaban enojados que los mataran, que eran muy peligrosos y tenían que acabar con sus vidas.

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