Capítulo 16.

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x Blanca's P.O.V x

Siento una voz llamándome. 

—Blanca —No quiero despertar aún

—¡Blanca! —Pega alguien un grito y abro los ojos. Tengo a Luke encima de mí.  ¿Qué hace él ahí? ¿por qué me mira así? —Lo que hiciste anoche... —Me da un beso en la mejilla —...No estuvo bien.

—¿Qué? —Me siento demasiado aturdida como para decir otra cosa. 

—No te hagas la tonta. Besaste a Calum. Te perdono porque sé que fue porque estabas celosa. —Suelta eso, y me da un beso en la barbilla. 

—No... —No puedo decir otra cosa. Luke se está acercando peligrosamente a mis labios, y no puedo razonar bien. Siento su aliento contra el mío. Ahora mismo sólo quiero que me bese.

—¡BLANCA! —Todo lo que estaba viendo se desvanece sin más. Abro los ojos, y veo a una monitora con rostro cansado. Era un sueño. Un jodido sueño. Una parte de mí me regaña por haber soñado eso, pero por otro lado preferiría que nadie me hubiese interrumpido. 

Cállate. No lo prefieres.

—Levanta —Vuelve a hablar la mujer. Me incorporo en la cama, y bajo lentamente las escaleras, con cuidado de no comerme el suelo. La monitora sale por la puerta, me encuentro sola en la cabaña, así que todos deben haber salido ya a desayunar. 

Voy perezosamente hacia la ventana que hay, la abro y saco el brazo. Hace frío. Camino en modo zombie hacia donde tengo guardada la ropa. Cojo el suéter que me dio Luke la otra noche, y unos leggins negros. 

Me quito la camiseta con la que he dormido (que me servía de vestido) y me quedo en ropa interior. Cuando voy a ponerme los leggins, la puerta del baño se abre, y sale Luke frotándose los ojos. Cuando me ve le crece una sonrisa arrogante y parece que se le va el sueño por arte de magia. Rápidamente cojo el suéter y me tapo con él. Ahora mismo sólo puedo pensar en el sueño que he tenido momentos antes. 

—¿Ya? ¿Tan rápido? ¿Ni una cena, una cita...? 

—Imbécil

—Estás muy buena —Dice Luke, y sin poder evitarlo me ruborizo. —Y adorable cuando te hago sonrojar

—Vete ya hostia, que me quiero cambiar —Digo, ignorando sus comentarios. Se tapa los ojos con una mano, y camina a ciegas hasta donde está su peine. Lo coge, y al volver se choca contra el marco de la puerta. Le da justo en el hombro malo. 

—¡MIERDA! —Grita, y suelto una carcajada.

—El karma. —Digo para mí misma, y me pongo la ropa que había cogido. —Ya puedes salir —Se vuelve a abrir la puerta y sale de nuevo. Entro yo para peinarme, y me hago un moño desaliñado. ¡Que viva la vagueza! 

Salgo rápidamente del baño. 

—Que moño más feo

—Si quieres te hago uno 

—No, que me cuesta lo suyo hacer que mi pelo quede hacia arriba. 

—Tardas más en peinarte que yo en hacer todo lo que hago para arreglarme. 

—No hace falta que me lo digas, lo sé. ¿Cómo disfrutarías de este chico si no se cuidara? 

—No hables en tercera persona de ti, pareces tonto

—Vamos a desayunar si no quieres que se pase la hora

—Vamos

No sé cómo, pero no salió el tema de anoche ni una vez. Aunque estoy segura de que a él no se le ha olvidado, al igual que a mí. Mientras bromeamos por el camino, pienso en que tengo que volver a sentarme junto a Harry, y la sonrisa se borra de mi cara.

Summer CampDonde viven las historias. Descúbrelo ahora