2- EL POEMA

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Inmediatamente que el profesor terminó de explicar la actividad, mis manos, dictadas por mi corazón, se pusieron a la obra y en muy poco tiempo termine el poema, era un poco sencillo pero en el se encontraban miles de sentimientos y palabras que, por supuesto, nunca me atrevería a contárselos cara a cara.
Al cabo de que termine el poema, el profesor anunció:
- Chicos, tengo que salir por un momento, es un asunto personal, así que tienen más tiempo para terminar el poema, cuando regrese se los revisaré y preguntaré, si terminan pronto pueden platicar y hacer lo que les plazca, pero, por supuesto, sin salir del aula ni tampoco alzar mucho la voz.
Todos respondieron asistiendo la cabeza, incluyéndome, estos eran los momentos del día que más odiaba, ya que era cuando los estudiantes aprovechaban para realizarme todo tipo de bromas crueles, pero durante ese momento no lo recordé, el amor cegaba mi mente y mi completa atención solo se concentraba en Taylor, él era en lo único que podía pensar, así que para matar el tiempo comenzé a dibujar en la última página del cuaderno, dibujaba corazones con nuestras iniciales juntas, escribía las diferentes combinaciones de nuestros nombres juntos, no paraba de escribir su nombre en toda la página y todas esas cosas cursis que uno piensa cuando está enamorado, pero la necesidad de acudir al baño me interrumpio, cerré mi cuaderno, lo guardé junto con mis demás cosas en la mochila y lentamente me levanté de mi asiento, caminé cabisbajo hacia la puerta pero anormalmente manteniendo una sonrisa, cruze la puerta y rapidamente caminé hacia los baños, mientras mis manos acariciaban detenidamente mis brazos, ya en los baños hice lo que tenía hacer, salí, me lavé las manos, las sequé y comenzé a caminar hacia el aula, estando al otro de la puerta unas potentes carcajadas me intrigaron, así que abrí la puerta y la imagen que visualize provoco que mi cuerpo se quedara paralizado, que se helara toda la sangre de mi cuerpo: Taylor, acompañado de los demás sostenía mi cuaderno, había visto los bocetos y leído lo que había escrito y viéndome entrar comenzó a leer el poema entre risas:
-Pff... "El amor es algo extraño, nunca antes lo había exerimentado>", ay,¿enserio? Que mal, "<mi corazón te necesita, y mi mente en ti piensa, hazle caso a este chico, que por ti siempre espera." ¡Aw, que ternura! Pero lamento informarte estúpido homosexual, que a mi solo me interesan las chicas, no un pobre chico demasiado tonto, ingenuo y débil, además del hecho que ¡ÉRES HORRIBLE!.
Al oír eso todo mi ser se derrumbó, sentí como mi corazón latía rapidámente de una forma muy desesperada, se sentía como si fuera a romperse, sentía como todo mi autoestima que se encontraba con un poco de ilusión y con un poco de esperanza, se venían sobre mi para aplastarme como una enorme avalancha de emociones, la sangre me hervía y podía sentir como toda la rabia que quería expulsar se vió retenida y envuelta por mi debilidad y por mi inexistente valor para enfrentar los problemas, así que no tuve otra opción mas que desahogar todo mediante el llanto, al mismo tiempo que corrí con todas mis fuerzas hacia los baños, entre a unos de los cuartos en donde se encontraban los retretes, azoté y cerré con el seguro la puerta, me senté a un lado del retrete, y abrazando mis piernas comenzé a mecerme hacia el frente y atrás, intentando calmar mi llanto, pero sin éxito, seguía llorando, pero de nuevo sentía como comenzaba a recorrer todo mi cuerpo la rabia, y el deseo de venganza se intensificaba más y más.
Entre llantos pude escuchar la campana que indicaba el momento de salida, y limpiando con mi suéter las lágrimas que despacio recorrian mi cara, salí lentamente de los baños verificando que nadie se encontrara cerca, cruze la puerta principal, me dirigí hacia la parada donde tomaba mi bus, el cual afortunamente no espere por mucho tiempo, ya en los asientos mi suéter detenía y limpiaba las lágrimas que se intentaban filtrar entre mi cara, llegando a mi destino baje del bus, caminé una cuadra hacia mi casa y estando ahí abrí la puerta, lanze mis cosas al suelo y con la voz entre lágrimas llamé a mis padres, pero como era costumbre, la soledad y yo eran los únicos presentes en la casa, caminé hacia la cocina y en el refrigerador encontré una nota de mis padres que decía:
Feliz cumpleaños,Erick! Lamentamos no poder estar ahí de nuevo, pero el trabajo de nuevo es muy intenso, haremos lo posible por llegar temprano, pero sabes que no podemos prometer nada. No te pongas triste sabes que te amamos, y que todo esto lo hacemos solo por ti.
Pd. Te dejamos un cupcake en el horno, cómetelo.
             Te quieren, tus padres.

Oficialmente este era el peor día de mi vida, esto era habitual asi que no le tomaba importancia, pero considerando todo lo que pasó el día de hoy, no podia no sentir soledad y tristeza.
La rabia que en ese momentó había sepultado a la tristeza y a la debilidad, me incitó a sacar el cupcake del horno (que por cierto estaba quemado), lo coloque en la repisa y comenzé a buscar por toda la casa una maldita vela de cumpleaños, lo que me llevó a dirigirme al sótano en donde en una de las cajas más escondidas, sucias y tenebrosas, (que si no me equivoco pertenecían a los dueños anteriores) encontré junto a un viejo pergamino una vela con la cera de color negro y púrpura intercalados, con una mecha de color dorado opaquecido por la tierra, tomé el pergamino y la vela, cerla caja y subi las escaleras, me dirigi a la cocina tomé el cupcake y un cerillo, subí a mi recámara, me senté en la alfombra cruzando mis piernas y recosté mi espalda en la cama. Enseguida, enterré la vela en el cupcake, tomé el pergamino, encendí la vela y...

DESEO MORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora