5- PUEBLO FANTASMA

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Desperté con la cabeza dándome vueltas, con la visión nublada una fuerte luz me deslumbró. Volteé de un lado a otro preocupado por mi paradero, he ahí cuando observé con detenimiento la aguja que enterrada en mi brazo transportaba el suero que me mantenía hidratado, y entonces supe que me encontraba en un hospital. Supongo que después de que quedé inconciente, alguién me encontró y llamó a la ambulancia. Al verme despertar el doctor entró al cuarto, me libró de las agujas y de los aparatos a los que me encontraba conectado y sentándose en la orilla de la cama comenzó a preguntarme:
Buenos días Erick! Ese es tu nombre cierto.
-Si, que necesita.
- Me presento, soy el Dr. Coleman, mucho gusto. Soy el encargado de ver tus avances, para determinar si puedes ir a tu casa o no.
Pero antes de todo, te tengo una pregunta, ¿tú estudiabas en la preparatoria Liberty verdad?
- , así es, a que viene la pregunta.
- Pues desde un punto científico, me parece asombroso que sigas vivo, después de tal brutal incendio, ¿cómo lo lograste?
- Pues, no lo recuerdo bien, pero mientras me dirigía al baño pude ver como la cafetería comenzó a incendiarse , grité para pedir ayuda pero al ver que nadie respondía, corrí hacia la puerta principal y afortunadamente estaba abierta, alcanzé a salir antes de que la cafetería explotara y mediante las tuberias de gas, comenzára a hacer estallar todos los salones; aún así una explosión me alcanzó e hizo que los cristales de la puerta se impactáran contra mi espalda, e hicieran que sangrara tanto que comenzé a sentir intensos mareos, me levanté como pude y supongo que no pude caminar más de unas cuadras y después de eso no recuerdo más.
El doctor dudaba de mi respuesta e insistía en averiguar una más acertada, pero a pesar de ser un chico débil, si se trataba de mentir sabía como defenderme; además a pesar de que le contára la verdad, no creería que lo que pasó fue causado por un poder sobrenatural y me tomaría como un psicópata.
Mientras mi mirada rondaba la habitación de un lado a otro, pude ver como del otro lado de la puerta yacía un hombre de saco y sombrero, el cuál identifiqué como un detective, él cual, al verme observarlo; entró deprisa al cuarto y sosteniendo unas esposas con su mano derecha, me dijo:
- Erick, en nombre de la policía de Soulville, ¡quedas detenido! hasta que comprobemos si versión de los hechos es acertada, en caso de ser lo contrario te transferiremos al Reclusorio  de la ciudad de Thekzon, por asesinato múltiple.
Mientras me colocaba las esposas, siguió diciendo:
- A partir de ahora tienes derecho a permanecer callado, todo lo que digas y hagas será usado en tu contra ante la Corte. Tienes derecho a un abogado, en caso de que no lo tengas se te proporcionará uno.
Mientras el detective decía todo lo anterior, sentí como el miedo me dejaba paralizado en la cama.
Entonces levantándome de la cama sin ninguna delicadeza, el detective me miraba decepcionado, y... entonces, ahí venía de nuevo, el cristal de las ventanas reflejaba el repentino cambio de color café a rojizo de mis ojos y de nuevo sentía como mi temperatura incrementaba abruptamente, por lo que el detective sorprendido me soltó, mis dedos ya extremadamente rojos y calientes sostuvieron con fuerza las esposas, las cuales inmediatamente en cenizas se convirtieron, teniendo mis manos liberadas, el detective me miraba desconcertado y a la vez temeroso, así que con mi mano derecha originé una pequeña esfera de fuego, la cuál lanzé fuertemente contra el pecho del detective, él cual terminó herido e inconsciente contra el suelo, ese poder había vuelto y nuevamente era incontrolable, los guardias intentaban rodearme pero con una onda de calor logré alejarlos e impactarlos agresivamente contra la pared.
Librándome de los guardias, baje por las escaleras de emergencia, sin hacer sospechar a los demás doctores, cruzé la puerta y tomándo un atajo por el bosque para despistar a los que me seguían, corrí lo más rápido que pude, al llegar a mi casa, inmediatamente cerré con seguro las puertas y ventanas y asegurándolas aún más soldé con el calor de mis manos cada una, mientras preguntaba si alguien estaba en la casa. Era el único presente, lo cuál por fin me pareció agradable, ya que a pesar de su falta de atención y afecto, no quería encontrarme así con mis padres y lastimarlos. Al asegurar todo, me senté en el sofá para intentar calmarme y al mismo tiempo controlar este poder, pero mientras más lo intentaba, más incontrolable se volvía y mis ojos incrementaban aún más ese color rojo. Entonces escuché como del otro lado de la puerta, un par de hombres llamaban mi nombre y me incitaban a salir, sin realizar ningún sonido me escondí mejor; pero aquellos hombres replicaron:
- ¡Erick! necesitamos que abras la puerta o de lo contrario entraremos a la fuerza para detenerte, asi que no lo hagas aún más difícil. Debes entregarte, lo que hiciste estuvo muy mal y tienes que ser reprendido por ello.
No sabía que hacer, pero entregarme no era una opción muy factible, entonces una llamada hizo que su insistencia incrementara y que por ello derrumbaran la puerta, me levanté del sillón listo para enfentarlos y les dije:
- ¡Aléjense o los voy a lastimar! (mientras mis manos estabans envueltas en fuego que nunca).
Me intentaban detener, pero al acercarse demasiado, ese poder de nuevo se volvió muy potente y por ende incontenible. Así que, controlado por el resentimiento y la venganza produje una inmensa onda expansiva de fuego, la cuál liberé con tanta potencia que  no vi cuando llegaron mis padres preguntando que estaba pasando, pero aunque lo intenté con todas mis fuerzas no pude contenerla, ya era demasiado tarde y visualize el terrible acto de mis padres desintegrándose y convirtiéndose en cenizas al igual que la policia y mi casa entera.
Cuando terminé de expulsar la onda, caí de rodillas y comenzando a llorar me acerqué a las cenizas de mis padres, las tomé entre mis manos y sin más desahogue un fuerte grito. Pasado unos minutos apreté con fuerza mis puños sosteniendo los restos de mis padres, me levanté y salí a las calles de Soulville, éstas yacían solitarias y envueltas en fuego y cantidades enormes de cenizas, fue cuando entré en razón y supe que yo habría provocado toda esa destrucción. Entré al que era el supermercado, sus paredes derrumbadas estaban y los estantes totalmente fundidos.
He ahí cuando al salir, una extraña fuerza me comenzó a elevar del suelo y compactar mi brazos y piernas a los costados, me dió la vuelta y en ese momento, pude observar claramente entre el fuego, dos puntos rojos muy brillantes acompañados de una silueta que se escondía entre la oscuridad.
¿Era posible? Alguién que poseía habilidades al igual que yo me había encontrado, ¿venía a asesinarme o reprenderme?, ó simplemente eran alucinaciones debido al desgaste físico y mental que tenía.

DESEO MORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora